Sumidos en el proyecto del Tesla Model 3, y sin descuidar la producción y venta de sus modelos actuales, el CEO de Tesla, Elon Musk, ha clarificado algo el camino eléctrico que le espera a la compañía en un futuro no tan lejano. Lo ha hecho a raíz de un encuentro con los accionistas y las posteriores conversaciones que Musk ha mantenido en la red social Twitter.
La atención se ha centrado esta vez en el Tesla Model Y, un todocamino compacto que querrían lanzar en 2019, y del que nos han enseñado un avance gráfico más bien escaso. Tras el anuncio oficial del proyecto, Musk ha salido al paso de las especulaciones que rodeaban al plan que iban a asumir, con un titular claro: el Tesla Model Y tendrá su propia arquitectura y planta de producción.
Es decir, que en Tesla siguen pensando en una expansión que a todas luces parece exponencial, subiendo la apuesta de su ambición. En palabras del propio Musk, es impensable que producir el Tesla Model Y en Fremont, su fábrica primigenia.
El fabricante aprovechará la nueva planta para implementar sus procesos de producción. Un avance de esto lo vivíamos con la inversión realizada el mes pasado para reducir los tiempos de instalación de la baterías del Model 3. Quieren innovar también en esa parcela, llevando la producción a un nuevo nivel de automatización, simplificando el proceso y disminuyendo el cableado del vehículo. Las baterías del Model Y, eso sí, saldrían de la actual fábrica de baterías.
Con todo, la inversión que realice Tesla comienza a ser mayúscula. No podemos olvidar que la planta de Fremont le fue casi otorgada en herencia por parte de Toyota en 2010 a un provechoso precio de 42 millones de dólares. La futura e inminente (en términos temporales de la industria) fábrica del Model Y les supondrá un coste superior, salvo sorpresa.
Estas nuevos proyectos nos ayudan a hacernos una mejora idea del potencial industrial de Tesla para los próximos años, pensando además que descubriremos el camión eléctrico de la compañía en septiembre.
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