Los demonios de ahora tienen una existencia muy poco sutil. Se reúnen junto a una fogata, beben güisqui a tope y, claro, matan a seres humanos (si no, a ver, porqué íbamos a ir contra ellos). Así, 'Wynonna Earp' se presenta como una curiosa ficción en la que muchos ingredientes tratan de confabularse para ofrecer lo mismo pero diferente, una regla clásica de las historias de todos los tiempos.
Los renacidos son los 77 criminales a los que su antepasado mató. Con una pistola, la que perteneció a Earp, que es el único arma que, de verdad, puede detenerlos. Además, tenemos una hermana pequeña, ese personaje que nos viene de perlas porque da descargo cómico pero, a la vez, hay que proteger constantemente; un misterioso pistolero (ejem, que no tarden mucho en contar quién es) venido del más allá que no sabemos si es bueno o malo y un marshal cuyo actor realiza un trabajo regular.
'Wynonna Earp' tiene varias pegas, como esas secuencias un tanto melodramáticas en las que los buenos están en peligro y las tartas de cumpleaños han sido destruidas por los crueles demonios. Pero, tiene espíritu, y una protagonista muy canalla, ruda y desagradable, de ésas a las que da gusto querer. Sólo, por eso, merece la pena darle una oportunidad.
Publicado bajo licencia Creative Commons
No hay comentarios.:
Publicar un comentario