La NASA quiere estudiar los asteroides en primera persona, y de paso que estos estudios sirvan de paso para desarrollar y probar tecnologías que le ayuden en un futuro a enviar misiones tripuladas a Marte. Para ello lleva algo más de un año desarrollando la Asteroid Redirect Mission (ARM), un proyecto con el que cambiar la órbita de los asteroides para que queden cerca y puedan enviar astronautas a examinarlos.
Pero parece que según ha ido madurando la idea se han dado cuenta de que van a necesitar ayuda, por lo que han anunciado un nuevo programa de colaboración para empresas. Con él, invitan a empresas del sector aeroespacial a participar en el proyecto, prometiendo que aceptarán y estudiarán sus propuestas sobre diferentes aspectos de la misión.
La agencia no ha explicado por qué ha decidido abrir su programa, aunque páginas especializadas como Spaceref apuntan a que el coste estimado de la primera de las dos fases de la misión ha subido de 1.250 a 1.400 millones de dólares, por lo que ante la negativa del gobierno estadounidense a invertir más en la misión podría no haberles quedado más remedio.
A la caza del asteroide
El plan de la NASA consta de dos fases. En la primera, prevista para 2021, pretende enviar un vehículo no tripulado para que se acerque a un asteroide, localice algún fragmento suelto, la capture y lo separe del resto del asteroide conduciéndolo hasta redirigir su trayectoria y conseguir hacerlo orbitar alrededor de la luna.
En la segunda fase planeada para 2028, una vez puesto ese fragmento de asteroide en una órbita fácil de calcular, la NASA quiere enviar una misión tripulada para que se acerque a él, lo estudie y obtenga unas muestras que puedan enviar de vuelta a la tierra para ser analizadas.
A partir de septiembre y tras el anuncio del nuevo programa de socios privados, la agencia espacial estadounidense empezará a aceptar propuestas sobre qué cargas útiles (como instrumentos científicos) deberían incluir en el vehículo no tripulado de la primera fase. También aceptará las solicitudes de personas que quieran unirse al equipo de investigación encargado de desarrollar la tecnología con la que llevar a cabo el proyecto durante los próximos años.
Por último, la NASA también aceptará propuestas de quienes quieran participar en la fase tripulada de la misión, y también la de aquellas entidades que quieran tener acceso al asteroide una vez los científicos de esta hayan terminado de examinarlo. Este fragmento seguirá orbitando la luna, por lo que es una idea ingeniosa para sacarle partido "alquilándolo" tras acabar con él.
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