Era algo que se podía comprobar con facilidad antes de llegar al pasado CES 2017, las marcas tenían muchas ganas de convertir a sus equipos en máquinas de juego, independientemente de su factor de forma: portátiles, sobremesa, todo en uno, incluso mini-PCs, como el caso que nos ocupa con MSI.
Bueno, hablar de MSI es esperar siempre buenas especificaciones, por lo que nadie se va a sorprender con que este nuevo Trident 3 esté tan bien armado. Aquí no faltan los nuevos procesadores Kaby Lake de Intel, tampoco una GeForce GTX de Nvidia, y buenas cantidades de memoria.
Ninguna sorpresa por aquí, ya hemos visto equipos pequeños ideados para jugar con unas especificaciones de infarto como es el caso de los Zotac Magnus - más potente que nuestro protagonista -. La propuesta de MSI pasa por proponer un equipo potente en un espacio más pequeño que el de una Xbox One, con menos de 3 kilos de peso.
Un mini ordenador con Intel Core i7
Con este pequeño bicho podremos jugar sin problema en resolución Full HD a nivel alto de gráficos, incluso pedirle algo más. La cosa va a cambiar según configuraciones, pero podemos adelantar que la básica incluye un Intel Core i5-7500 con Nvidia GTX 1050 (4GB) y 8GB de RAM, y eso sale por unos 900 dólares.
A pesar de su tamaño esto es un equipo que se puede mejorar una vez comprado: como el Trident 3 está montado sobre una placa Intel H110, se puede subir a un procesador como el Core i7-7700, poner un gráfica mejor como la GeForce GTX 1060, o expandir hasta 32GB de RAM.
Pasando a revisar la conectividad tenemos que este MSI Trident 3 lleva tres puertos USB 3.0, un nuevo Type-C, cuatro USB 2.0, un Ethernet Gigabit.
Las salidas de videos parecen sobrar con cuatro puertos HDMI, un DisplayPort y un DVI: la idea es poder montar un casco de realidad virtual y tres monitores.
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