Si queremos llegar a que los coches eléctricos sean una realidad para la gran mayoría, además de que la industria decida acelerar los plazos - afortunadamente el Salón de París tuvo brotes verdes -, la infraestructuras tienen que estar preparadas: no todo el mundo tiene en casa una forma de cargar los coches, tampoco ayuda demasiado la velocidad de carga de lo poco que hay en las calles.
Por ayudar en esto último nace Ultra E, una alianza entre diferentes fabricantes europeos y compañías relacionadas con la carga eléctrica de vehículos. Quieren ir montando una red de carga por el viejo continente mucho más rápida de lo que podemos imaginar ahora: se habla de números superiores a 350kW de potencia.
¿Qué diferencia hay con lo que tenemos ahora? En el mejor de los casos tendríamos que conectar el coche a la alimentación durante una hora y media para conseguir 300 kilómetros de autonomía. Pues con Ultra E el tiempo necesario se reduciría a veinte minutos.
Parece claro que el que tiene la carga en casa no tiene tanta prioridad por la velocidad, ya que normalmente es un proceso que se realiza por la noche.
Pero este tipo de conexiones tan rápidas facilita que gente que no tenga en su hogar la posibilidad, pueda dedicar un tiempo semanal aceptable para estos menesteres. También tiene lógica para establecer viajes largos, si la red de puntos cubre el espacio por donde nos vamos a mover.
No hay coches para Ultra E
Los coches eléctricos actuales no soportan tanta potencia, hablamos de un sistema con cables especialmente refrigerados (HUBER+SUHNER) que llegan a controlar más de 400 kW y 400 amperios en el caso de turismos, y de hasta 630 amperios si hablamos de vehículos industriales.
Se espera que en 2018 ya haya coches que aprovechen este tipo de carga, aunque siempre cabe la posibilidad de reducir la potencia de los cargadores para adaptarse a los coches eléctricos que actualmente se están vendiendo. Tenemos dudas sobre las restricciones que habrá por fabricantes y tipo de conectores, esperemos que la cosa se vaya estandarizando y no creando más problemas de los que ya hay.
La red de carga ‘ultra-rápida’ tendrá su despegue real en 2018, en una primera fase que dará soporte a Holanda, Bélgica, Alemania y Austria, con 25 puntos de carga. Para que esto no suene a broma decir que tiene el apoyo de nombres tan importantes como el grupo Volkswagen, Magna, BMW, Allego, o Renault. La Unión Europea ayuda con la mitad de los 13 millones de euros con los que tiene que arrancar la iniciativa.
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