Cuando nos planteamos comprar un coche, hay diferentes factores a tener en cuenta, aunque cada cual le da más o menos importancia a cada uno de ellos. De manera muy resumida está claro que entre otros, vienen a ser tres los más importantes: que el coche encaje más o menos con lo que necesitamos, el precio, y que nos guste (aquí se juntan varias cuestiones más subjetivas).
Hoy en día hay diferentes tecnologías de propulsión a elegir: no estamos limitados a un coche de gasolina. Podemos elegir un coche con motor térmico de gasolina, diésel, a gas (GLP o GNC), un coche híbrido, un coche híbrido enchufable, o un coche eléctrico. Y además de cuestiones de disponibilidad del combustible, el precio de uno y de otro suelen pesar mucho en la balanza.
El precio de compra del coche suele ser lo que más miramos
De los tres factores que comentábamos, quizás el más importante sea el precio de compra, básicamente para ver si nos podemos comprar ese coche o no. Sin embargo no siempre nos paramos a pensar en el coste real que tiene el coche, que no sólo es el de la compra, sino el del uso a lo largo de los años.
Aunque el coche es una necesidad para muchas personas (por ejemplo para ir al trabajo cuando por ejemplo no les viene bien el transporte público), cuando uno tiene en consideración todo lo que cuesta, sí que resulta un lujo.
Los coches que ahora mismo están abriéndose paso en el mercado son los coches eléctricos, y una variante intermedia, pero también con enchufe, que son los coches híbridos enchufables. En España por ejemplo puedes encontrar poco a poco cada vez mayor variedad: ya hay 43 modelos o versiones diferentes de coches eléctricos.
La actual generación de coches eléctricos peca de algunas limitaciones, como muy poca infraestructura de recarga rápida o una autonomía todavía limitada, aunque está mejorando gracias a las nuevas baterías y más que va a mejorar dentro de unos años. Además hay cierta reticencia o desconfianza del consumidor por ser algo un tanto desconocido.
Pero aparte de esto, el precio es el factor más determinante, precisamente sobre todo porque en general los coches eléctricos resultan algo más caros que un coche similar convencional (tal vez recuerden que hace un año reflexionamos sobre esta cuestión y el estatus del coche eléctrico).
No vamos a profundizar más en esta cuestión, que ya hemos analizado en otros momentos, y aunque hay diferentes motivos (también concienciación medioambiental), se puede ver que en los países donde hay mayor renta per cápita, y donde además el precio de un coche eléctrico resulta muy parecido al de un coche convencional (o incluso más barato), más coches eléctricos se venden.
Ahí está por ejemplo el caso de Noruega, o de Holanda (mientras hubo muchas ayudas a la compra), o incluso EEUU, donde con sueldos más altos el esfuerzo para comprar un coche eléctrico es menor, y así es que se venden también muchos (al menos comparado con España).
De esta manera muchas de las personas que se paran a considerar la compra de un coche eléctrico hoy en día lo hacen con la calculadora en la mano para comprobar si les sale rentable. Vamos a ver entonces cuáles son los principales costes de un coche:
Por ahora los coches eléctricos son más caros
Comenzamos por el precio de compra. Aquí hay que decir que en general un coche eléctrico es más caro que un coche con motor de combustión interna equivalente. Depende de cada modelo y de cada marca, pero si comparamos sin más los precios de tarifa (sin tener en cuenta las ayudas a la compra del Estado), un coche eléctrico puede costar entre 12 y 14.000 euros más que un coche de gasolina equivalente.
En cuanto a impuestos sobre la compra, los coches eléctricos pagan igualmente el mismo IVA que cualquier otro coche, en España es un 21%, y luego pagan un 0% de impuesto de matriculación, debido a sus muy bajas emisiones. Conste que muchos coches con motor de combustión interna también pagan un 0%: aquellos cuyas emisiones de CO₂ son inferiores a 120 g/km (muchos utilitarios y compactos suelen cumplir esto).
Principalmente hay un par de motivos para que los coches eléctricos sean todavía más caros: los controles de calidad en la fabricación y la propia economía de escala.
La fabricación de motores y sobre todo baterías es bastante delicada y exige controles de calidad más exhaustivos, para evitar por ejemplo defectos en las celdas de las baterías que provoquen sobrecalentamiento e incendios. Siendo la fabricación más exigente que en un coche convencional, esto encarece su fabricación.
Por otro parte, aunque pueda parecer un poco extraño, no cuesta lo mismo un producto, pieza o componente, si se fabrican 25.000 unidades al año, o si se fabrican un millón de unidades al año. En general (de manera muy resumida) y hasta cierto límite, cuantas más unidades se fabrican mejor se reparten los costes de desarrollo, investigación, e inversiones en fabricación, y más barato sale ese producto.
Pues bien, ahora mismo, utilizando tecnologías bastante nuevas, intentando emplear, siempre que se pueda, lo último en baterías, para tener más vida útil, más velocidad de recarga o más densidad energética (y por tanto mayor autonomía), y sobre todo porque todavía se fabrican muy pocos motores eléctricos para coches, baterías de tracción para coches, cargadores para coches... etcétera, el coste de fabricación de un coche eléctrico es mayor que el de un coche convencional. Con los años irá bajando, pero ahora mismo es lo que hay.
En cuanto a impuestos sobre la compra, los coches eléctricos pagan igualmente el mismo IVA que cualquier otro coche, en España es un 21%, y luego pagan un 0% de impuesto de matriculación, debido a sus muy bajas emisiones. Conste que muchos coches con motor de combustión interna también pagan un 0%: aquellos cuyas emisiones de CO₂ son inferiores a 120 g/km (muchos utilitarios y compactos suelen cumplir esto).
Principalmente hay un par de motivos para que los coches eléctricos sean todavía más caros: los controles de calidad en la fabricación y la propia economía de escala.
La fabricación de motores y sobre todo baterías es bastante delicada y exige controles de calidad más exhaustivos, para evitar por ejemplo defectos en las celdas de las baterías que provoquen sobrecalentamiento e incendios. Siendo la fabricación más exigente que en un coche convencional, esto encarece su fabricación.
Por otro parte, aunque pueda parecer un poco extraño, no cuesta lo mismo un producto, pieza o componente, si se fabrican 25.000 unidades al año, o si se fabrican un millón de unidades al año. En general (de manera muy resumida) y hasta cierto límite, cuantas más unidades se fabrican mejor se reparten los costes de desarrollo, investigación, e inversiones en fabricación, y más barato sale ese producto.
Pues bien, ahora mismo, utilizando tecnologías bastante nuevas, intentando emplear, siempre que se pueda, lo último en baterías, para tener más vida útil, más velocidad de recarga o más densidad energética (y por tanto mayor autonomía), y sobre todo porque todavía se fabrican muy pocos motores eléctricos para coches, baterías de tracción para coches, cargadores para coches... etcétera, el coste de fabricación de un coche eléctrico es mayor que el de un coche convencional. Con los años irá bajando, pero ahora mismo es lo que hay.
Aprovecha las ayudas a la compra: se agotan muy rápido
Ahora bien, para ayudar al desarrollo inicial de esta tecnología y a su implantación, existen en muchos países ayudas a la compra del Estado. La experiencia nos dice que está claro que cuando ayudas a la compra se venden más coches eléctricos (y a la inversa).
Desde 2011 hay ayudas para la compra de coches eléctricos, aunque de manera discontinua y con presupuesto muy reducido. El importe de la ayuda ha ido cambiando ligeramente con los años, primero 6.000 euros, después 5.500, más tarde 6.500... Para un coche 100% eléctrico ahora son 5.500 euros.
Para evitar subvencionar coches de lujo, al comprar un coche eléctrico sólo se puede optar por las ayudas del Estado si el precio antes de impuestos es como máximo de 32.000 euros (38.720 euros con IVA). Si es más caro, no hay ayuda.
Es importante también tener presente que el presupuesto que se reserva específicamente para las ayudas para la compra de coches eléctricos es muy reducido y se agota muy rápido.
Además de la ayuda del Estado, el concesionario adherido al plan de ayudas tiene que hacerse cargo de pagar otros 1.000 euros más IVA (o sea, 1.210 euros) para que el comprador instale un punto de recarga específico para el coche eléctrico (y si ya tiene uno, le hace un descuento equivalente).
El inconveniente de estas ayudas, al igual que sucedía con los antiguos planes PIVE, es que ese importe recibido computa en la declaración anual de la renta (IRPF) y tocará devolver parte del mismo, según lo que le toque a pagar a cada uno.
En el último plan de ayudas, el Plan MOVALT, la ayuda del Estado central no es compatible con otros tipos de ayudas (por ejemplo autonómicas), pero algunas Comunidades autónomas (por ejemplo en Navarra) aplican otro tipo de ventajas que no son ayudas directas a la compra, son deducciones fiscales.
Se justifica la existencia de estas ayudas porque los vehículos eléctricos aportan ciertos beneficios a los países. Por ejemplo poder utilizar otras fuentes de energía alternativas al petróleo, y ser más eficientes en el consumo de energía (consumen menos energía para hacer lo mismo que un coche con motor de combustión), incluso teniendo en cuenta todas las pérdidas por generación y transporte.
Además no generan emisiones contaminantes locales, algo muy necesario en las ciudades que sufren episodios graves de contaminación del aire por óxidos de nitrógeno y partículas. En su ciclo de vida completo también generan menos emisiones globales que un coche similar con motor de combustión interna (aunque esto depende bastante del sistema eléctrico del país donde se recargue el coche, pero podemos ver el caso concreto de España, y también podemos ver las certificaciones del TÜV para el BMW i3 y para el Volkswagen e-Golf, por citar un par de ejemplos).
Con alquiler o sin alquiler de la batería
A la hora de comprar un coche eléctrico nos podemos encontrar con dos casos:
Que compremos el coche completo, es decir, con la batería en propiedad. Este es el caso más habitual.
Que compremos el coche parcialmente, es decir, con la batería en alquiler. O sea, el coche es nuestro pero la batería no. Esto implica que hay que pagar una cuota mensual por el alquiler.
No se puede decir en términos absolutos que ninguno de los dos casos sea mejor que el otro, dependerá de cada comprador cuál de los dos le conviene más. Si se compra el coche completo el precio de compra es algo más alto, pero a cambio ya no hay que pagar una cuota mensual durante toda la vida del coche.
Si se compra el coche parcialmente, el precio de compra es algo más bajo, pero luego hay que pagar la cuota mensual. Aquí hay que citar otra ventaja importante: la batería es de la marca del coche y responde por ella durante toda la vida del coche, aunque se haya pasado el período de garantía, de modo que si se avería, deteriora o pierde capacidad de carga por debajo de cierto límite, la marca cambia la batería por otra nueva (o reconstruida como si fuera casi nueva), sin coste para el propietario del coche.
Renault es una de las marcas que optó por el alquiler de la batería desde el principio, pero ahora deja que el comprador elija entre comprarla o alquilarla. La diferencia incial en el precio de compra es importante, la misma versión del Renault ZOE ZE40 con la batería en propiedad son 7.500 euros más cara que si optamos por el alquiler de la batería (aunque claro este supone después, como mínimo, pagar 69,36 euros cada mes por el alquiler).
Según Renault, cuando se lance una nueva batería más moderna (por ejemplo con más capacidad y autonomía), y finalice el contrato de alquiler, que suele tener una duración determinada, habitualmente tres o cuatro años, se puede renovar el contrato de alquiler con la misma batería, o bien la marca puede ofrecer al cliente cambiar la batería actual por la más moderna (pero eso sí, puede ser que haya que renegociar la cuota mensual del alquiler, o bien pagar cierta diferencia por la mejora de la nueva batería de mayor capacidad).
Durante un tiempo otras marcas como Nissan o Citroën (en el e-Mehari), ofrecían también la posibilidad de elegir adquirir el coche con la batería en alquiler. Sin embargo ahora mismo (enero de 2018) ya no lo hacen: sólo está disponible la opción de comprar el coche completo, con la batería en propiedad, así que sólo Renault ofrece el alquiler de la batería.
Coste de instalación de un punto de recarga en el garaje
No hace mucho que explicamos detenidamente, con todo detalle, cómo instalar un punto de recarga para vehículos eléctricos en el garaje. Hay que tener en cuenta que, a día de hoy, con muy pocos puntos de recarga de uso público por las calles, para tener un coche eléctrico es casi imprescindible tener una plaza de garaje donde se pueda instalar un punto de recarga para el coche eléctrico.
Serán pocos los casos en los que el comprador de un coche eléctrico se pueda apañar sin tener que instalar un punto de recarga, pero si se vive en una casa de tipo unifamiliar (un chalet, aunque sea adosado), es casi seguro que haya algún enchufe en el garaje con el que salir del paso. En este caso la inversión será menor que si la plaza de garaje está en un garaje colectivo de una comunidad de vecinos. Podríamos considerar entre unos 700 y 1500 euros aproximadamente.
Sea como fuere al precio de compra del coche hay que sumar, al menos una primera vez, el precio de instalar un punto de recarga homologado para recargar un coche eléctrico con todas las garantías y seguridad. No es menos cierto que se puede encontrar alguna oferta del propio fabricante del coche con la que se regala el punto de recarga doméstico.
Y no olvidemos tampoco, tal y como te hemos comentado al hablar de las ayudas a la compra, que al comprar un coche acogiéndote a las ayudas del Plan MOVALT, el concesionario adherido al plan tiene que pagar hasta 1.210 euros para la instalación de un punto de recarga homologado (o hacerte un descuento equivalente).
Hay diferentes tipos de instalación para el punto de recarga en el garaje. Si tu plaza de garaje está en el mismo edificio que tu vivienda, puedes utilizar un único contrato de suministro, el de tu casa. Como los coches eléctricos están pensados para recargar durante la noche, cuando apenas se consume electricidad en las casas, en muchos casos no será necesario contratar una mayor potencia eléctrica.
Pero en otros casos puede que sí lo sea: ten en cuenta que aumentar la potencia contratada 1 kW, según tarifa oficial PVPC para potencias hasta 10 kW (enero 2018), costaría al año unos 53,50 euros más (impuesto especial de la electricidad e IVA incluidos). En condiciones normales es muy poco probable que necesitases más.
Precio del seguro
Es obligatorio tener un seguro, y por estar más tranquilos, se suelen contratar algunas coberturas adicionales más, pero eso ya es decisión de cada uno. Lo habitual es tener un coste anual que no se puede ignorar, aunque se pueda dividir el pago a lo largo del año, dependiendo de la compañía aseguradora.
En general lo que podemos decir es que el coste de un seguro para un coche eléctrico es muy parecido al de un coche convencional equivalente de precio similar, pues es este, el precio del coche, el factor que más tienen en cuenta las aseguradoras para fijar el importe de la póliza.
Se están dando algunos casos en los que se llega a ver que el precio del seguro de un coche eléctrico es entre un 5 y un 15% más barato, pero no siempre. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el riesgo de incendio de un coche eléctrico es menor que en un coche de gasolina.
Precio del impuesto municipal de circulación
Otro coste anual que no debemos olvidar es el que en España se conoce como impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM), o impuesto municipal de circulación, que coloquialmente se puede conocer como el papelito, el numerito o la viñeta, por ejemplo.
En este caso depende de cada ayuntamiento fijar unos precios u otros. Como los coches eléctricos interesan a las ciudades pues son de cero emisiones locales (y no contaminan el aire), intentan incentivarlos un poco reduciendo lo que hay que pagar de impuesto mediante una bonificación en la cuota (o sea, un descuento). Hay varias ciudades que lo hacen, por ejemplo en Madrid la bonificación es del 75%, y en Barcelona también el 75%.
Coste de la energía consumida
Uno de los principales costes de un coche tradicional con motor de combustión, si no el principal, es el combustible. La gasolina y el gasóleo son caros, así que a lo largo de los años que se usa ese coche, y tanto más cuantos más kilómetros se recorran, más dinero se gastará. Tampoco solemos pararnos a pensar en ello, probablemente por no asustarnos, pero que nadie se sorprenda si al sumar los diferentes tiquets de repostaje que hace, al final de año están alrededor de los 1000 euros, o más.
No olvidemos dos cosas. La primera es que un coche con motor de combustión interna es bastante ineficiente. Es así, la termodinámica impone un límite en la eficiencia de un ciclo térmico y el propio motor añade más ineficiencia, entre otras cosas porque es un conjunto de piezas mecánicas que se mueven y hay múltiples rozamientos internos que significa que se pierde más energía.
Para que nos hagamos una idea, mientras que la eficiencia de un motor de gasolina moderno puede estar alrededor de un 25% o 30%, la eficiencia de un motor eléctrico de automóvil viene a estar por encima del 95%.
O dicho de otra manera, y con números tangibles, mientras el consumo de un coche de gasolina moderno y eficiente puede ser de 5,0 l/100 km (homologado, ojo), lo que traducido a términos de energía vienen a ser unos 46,5 kWh, el consumo de un coche eléctrico similar viene a estar alrededor de los 13 kWh/100 km (homologado), nótese la diferencia: más del triple.
Y aunque la electricidad en España es una de las más caras de la Unión Europea, sigue resultando muy a cuenta hacer kilómetros con un coche eléctrico, ya que la gasolina o el gasóleo tampoco son nada baratos.
Con ese coche de gasolina moderno que hemos citado antes, que consume 5,0 l/100 km, realizar 100 km puede costar, teóricamente y según homologación, del orden de unos 6,30 euros (litro de gasolina a 1,26 euros).
Con ese coche eléctrico "tipo" de 13 kWh/100 km, hacer 100 km puede costar unos 1,90 euros, con todos los impuestos incluidos, aunque si se tiene la tarifa de discriminación horaria con supervalle, recargando por la noche el coste viene a ser casi la mitad, 0,99 euros, con todos los impuestos incluidos (con los actuales precios de la electricidad en España, PVPC, casi 15 céntimos de euro el kWh en la tarifa normal, casi 8 céntimos de euro el kWh en la tarifa supervalle, con los impuestos correspondientes incluídos).
Estos son los precios para recargar en casa. Si se recarga fuera de casa los precios son más altos, como parece lógico por otra parte (no cuesta lo mismo una cerveza en casa que en el bar).
Estos dependen del operador del punto de recarga, pues algunos serán gratuitos y otros de pago, del tipo de recarga, normal o rápida, y de las tarifas, normalmente con una tarifa prepago los precios son bastante altos, pero también hay bonos con un precio más ventajoso. De todos modos hay que tener claro que la recarga fuera de casa será para la mayor parte de los usuarios algo ocasional, cuando no queda otro remedio.
Costes de mantenimiento
A priori cuando nos compramos un coche tampoco nos solemos parar a pensar que también habrá otros gastos según pase el tiempo y los kilómetros. Estos son los debidos a las revisiones periódicas y al desgaste de componentes como los neumáticos o los frenos, además de que pueda aparecer alguna avería, algo en lo que en principio no nos meteremos, por ser algo muy variable.
Un coche eléctrico es más sencillo mecánicamente hablando y tiene menos componentes que revisar y sustituir: no hay que cambiar aceite ni filtro de aceite, tampoco hay que cambiar filtro de aire, ni filtro de combustible, no hay bujías ni precalentadores, no hay embrague que se pueda gastar, no hay tubos de escape, ni tampoco correa de distribución que sustituir después de tal número de años o kilómetros.
Obviamente seguirá habiendo ciertos componentes como los neumáticos o los frenos que se desgastarán. Los frenos merecen una mención especial, ya que por la forma particular de funcionamiento de los coches eléctricos (y también los híbridos), por eso que se conoce como frenada regenerativa.
Es decir, que se aprovecha la retención del motor eléctrico para frenar el coche y a la vez para generar un poco de electricidad con la que recargar la batería, por eso la mayor parte de las veces se frena casi sin tener que tocar los frenos (nos referimos a los tradicionales), por lo que se gastan mucho menos (discos y pastillas vienen a durar casi el doble).
Sí hay un coste de mantenimiento que puede ser necesario tener en cuenta, al menos por ahora con las actuales baterías: la posible sustitución de la batería por haber perdido capacidad de carga, es decir, por tener un límite de vida útil. Para entenderlo fácilmente, salvando las diferencias, esto es lo que viene a pasar con la batería de un teléfono móvil, que después de un tiempo y muchas recargas ya "no carga tanto como antes".
Las baterías de los coches eléctricos son muy resistentes a este envejecimiento, pues es lo que los fabricantes de coches suelen priorizar frente a la densidad energética, pero también lo sufren. Depende bastante del tipo de uso del coche, de la temperatura del lugar (mucho calor no es bueno para una batería de iones de litio) o de si se abusa de las recargas rápidas. Es decir que llegado un punto algún propietario de coche eléctrico puede necesitar sustituir, en parte o completa, la batería del coche.
Aquí hay que tener en cuenta que quien se haya comprado el coche completo, con la batería en propiedad, tendrá que costearlo él mismo, pero quien haya comprado el coche con la batería en alquiler no se tendrá que preocupar, pues se hace cargo la marca (lo comentábamos antes).
De todos modos las actuales baterías vienen a tener una vida útil de al menos unos 160.000 o 200.000 km, y los fabricantes las suelen garantizar por al menos 5 años, incluso algo más, 7 u 8 años, según la marca (en la tabla al final de este artículo puedes ver la garantía para los modelos que se venden en España). Es un plazo bastante razonable.
Si al final toca cambiar la batería, tenemos ya algún ejemplo, por ejemplo en EEUU y con el Nissan LEAF: la marca japonesa ha propuesto cambiar la batería "gastada" por una nueva por unos 5.000 euros de coste, impuestos incluidos, y a cambio entregar la batería vieja (que todavía tiene cierto valor y se puede utilizar para otros fines, es lo que se conoce como segunda vida de la batería, antes de retirarla para reciclar).
Existen calculadoras de coste de coches eléctricos que incluso tienen en cuenta estos y otros factores para tener más claro los costes reales del coche. En el futuro las baterías serán todavía más duraderas, y es seguro, no una promesa sin más, pues hoy ya se venden baterías de última generación que pueden durar del orden de un millón de kilómetros. Ya se montan en coches eléctricos exclusivos y caros, sólo es cuestión de tiempo que vayan bajando de precio y se puedan montar también en coches eléctricos más asequibles.
En conclusión, para que nos hagamos una idea, marcas que venden coches eléctricos como Renault calcula que el ahorro en mantenimiento de un coche eléctrico viene a estar alrededor del 20%, mientras que Nissan habla de hasta un 40%.
Parquímetros gratis, pero no en todas partes
De nuevo esto dependerá de cada ayuntamiento, pero algunas ciudades, como Madrid o Barcelona por ejemplo, permiten aparcar gratuitamente a los coches eléctricos en las zonas de estacionamiento regulado del centro, la zona azul (y verde) con parquímetros.
Es un poco difícil cuantificar cuánto ahorro supone esto, pues dependerá de cada conductor en concreto, pero quien tenga que moverse mucho y aparcar en el centro, y se gaste en tiquets de aparcamiento bastante dinero cada semana, encontrará un gran ahorro que le vendrá muy bien. Podemos hablar de 100 euros al mes fácilmente, si no más.
Hasta 7 opciones de motorización a elegir
Vamos a intentar sintetizar todo esto que les acabamos de contar en una tabla resumen comparativa. Como te puedes imaginar es muy difícil simplificar todos los parámetros en una sola tabla:
A la hora de comparar los precios de los coches hay una gran variedad entre unas marcas y otras (unas son más baratas, otras son más caras).
No siempre se pueden encontrar dentro de una misma marca y modelo de coche todas las versiones (gasolina, diésel, gas, híbrido, híbrido enchufable y eléctrico).
La diferencia de precio entre una versión y otra tampoco es igual entre diferentes marcas.
Intentamos comparar en todos los casos a igualdad de equipamiento, pero no siempre es posible, y eso altera también los precios.
Es por eso que vamos a intentar indicar valores medios aproximados que sirvan de referencia en orden de magnitud, después de realizar algo así como un mini-estudio de mercado ojeando precios de modelos similares de tamaño medio, de diferentes marcas (hemos tomado 9 referencias de modelos en total).
Hyundai, que tiene en el Ioniq versiones híbrido, híbrido enchufable y eléctrico.
SEAT, que tiene en el León versiones de gasolina, diésel y gas natural (GNC).
Opel, que tiene en el Astra sedán, versiones de gasolina, diésel y gas GLP.
Toyota, que tiene en el Auris versiones de gasolina, diésel e híbrido.
Volkswagen, que tiene en el Golf versiones de gasolina, diésel, gas natural (GNC), híbrido enchufable y eléctrico.
Nissan, comparando en este caso modelos similares, Pulsar (gasolina y diésel) y LEAF 2018 (eléctrico).
Renault, comparando en este caso modelos similares, Clio (gasolina y diésel) y ZOE (eléctrico).
Sirva un ejemplo de la disparidad de precios de tarifa (sin descuentos) que puede haber al considerar diferentes marcas. En un SEAT León acabado Style, el motor diésel de 115 CV con cambio manual cuesta 2.150 euros más que la versión gasolina de 125 CV, mientras que la versión de gas natural de 110 CV cuesta 1.860 euros más que la versión de gasolina.
En cambio en un Volkswagen Golf acabado Advance, el motor diésel de 115 CV con cambio manual cuesta 2.480 euros más que la versión gasolina de 125 CV, mientras que la versión de gas natural de 110 CV cuesta 4.040 euros más que la versión de gasolina. Siendo además coches muy similares (que hasta comparten tecnología), no entendemos que las diferencias sean tan dispares.
En el Hyundai Ioniq acabado Tecno la versión híbrido enchufable cuesta 8.000 euros más que la versión híbrido, mientras que la versión eléctrico cuesta 10.100 euros más que la versión híbrido. En el Volkswagen Golf la versión híbrido enchufable (GTE), cuesta 2.250 euros más que la versión eléctrico, aunque es cierto que en este caso el acabado del híbrido enchufable (y su potencia), es superior al del eléctrico.
En Opel hemos visto que en el Astra sedán acabado Elegance, la versión diésel de 136 CV cuesta sólo 850 euros más que el gasolina de 140 CV, mientras que la versión de gas GLP de 140 CV es un chollo, pues tan sólo cuesta 200 euros más.
Como estas diferencias eran muy pequeñas (y nos parecía excepcional), echamos un ojo al Zafira (monovolumen) con acabado Selective, la versión diésel de 134 CV cuesta 1.800 euros más que la de gasolina de 140 CV, y la versión a gas GLP cuesta 1.600 euros más que la de gasolina.
En el Toyota Auris acabado Active la versión diésel de 111 CV cuesta 1.230 euros más que la versión de gasolina de 116 CV, y la versión híbrida de 136 CV (que no corre mucho más aunque la cifra de potencia lo sugiera) cuesta 3.200 euros más que la de gasolina.
En Nissan hemos tenido que comparar el Pulsar (gasolina y diésel) con el LEAF (eléctrico). El Pulsar diésel de 110 CV acabado Acenta cuesta 1.550 euros más que el de gasolina de 115 CV. El LEAF acabado Acenta tiene un precio de tarifa de 32.910 euros, 12.030 euros más que el Pulsar de gasolina (aunque es cierto que el LEAF tiene 150 CV y que el cambio automático en el Pulsar costaría 1.200 euros más).
En Renault no hemos mirado precios de coches de tamaño medio, sino de subcompactos: el Renault Clio y el Renault ZOE. El Renault Clio acabado Limited, con motor de gasolina de 90 CV, cuesta 13.031 euros (con descuentos). El Renault ZOE ZE40 acabado Intens (92 CV) con batería en propiedad, y ayuda de aparcamiento, para equipararlo al Clio, cuesta 30.700 euros (con descuentos, pero sin ayudas del Estado) son, nada más y nada menos que, 17.669 euros más caro que el Clio de gasolina (eso sí, te regalan el punto de recarga).
En general podemos decir que:
La versión de gasolina (cambio manual) es la más barata.
A continuación encontramos la versión diésel, más cara.
La versión de gas suele tener un precio similar a la diésel o ser algo más cara a su vez. A su vez las versiones a gas GLP suelen ser un poco menos costosas que las versiones a gas natural GNC.
Después tenemos la versión híbrido, que suele ser todavía más cara que la diésel.
Finalmente la versión híbrido enchufable y la versión eléctrico suelen tener el precio más alto con diferencia, pero un precio muy similar entre ellos (aunque en algunos casos el eléctrico es más caro, y en otros es al contrario, y lo es el híbrido enchufable).
Los coches con motor de combustión interna bifuel a GLP tienen una ayuda del Estado de 500 o de 1.000 euros, según su precio de venta (hasta 11.000 euros +IVA o hasta 25.000 euros +IVA). Los coches a GNC tienen una ayuda del Estado de 2.500 euros, siendo el precio máximo para poder acogerse a las ayudas 25.000 euros +IVA (30.250 euros). El concesionario además tiene que aportar otros 1.000 euros de descuento (+IVA).
Los coches híbridos enchufables tienen 2.600 euros de ayuda, si su autonomía homologada en ciclo WLTP en modo exclusivamente eléctrico está entre 32 y 72 km. Con menos de 32 km serían solo 1.300 euros, y con 72 o más kilómetros (equivalen a los 90 km en ciclo NEDC que los planes anteriores empleaban) serían 5.500 euros, como un coche 100% eléctrico (todos los detalles están definidos en el Plan MOVALT).
Hay que tener presente que en un coche híbrido, en un híbrido enchufable y en un eléctrico, el cambio es automático, o bien no existe como tal (los eléctricos son de transmisión casi directa, sólo con un engranaje reductor), pero conducimos el coche en la práctica como si fuera automático. A la hora de comparar habría que considerar también este factor.
En un coche de gasolina o diésel la diferencia de precio entre el cambio automático y el cambio manual es distinta según el tipo de cambio (de convertidor hidráulico de par, continuamente variable, de doble embrague, de embrague pilotado), y también es distinta según la marca: en algunos casos la diferencia es de unos 1.000 o 1.200 euros más caro el automático, pero en otros casos es de más de 1.800 euros (vamos a quedarnos en unos 1.600 euros, tipo doble embrague, que está presente en cada vez más marcas).
Para los costes por consumo, consideramos las cifras de consumo medio indicadas por el fabricante, pero las incrementamos un 25%, pues la realidad es que el consumo es más alto que el indicado por el obsoleto ciclo de homologación NEDC. Es decir,
Para ese coche de gasolina moderno de 5,0 l/100 km, consideraremos 6,25 l/100 km (gasolina a 1,26 euros/l).
Para el coche diésel de 3,9 l/100 km, consideraremos 4,9 l/100 km (gasóleo a 1,19 euros/l).
Para el coche a gas GLP de 6,9 l/100 km, consideraremos 8,6 l/100 km (GLP a 0,61 euros/l).
Para el coche a gas GNC de 3,5 kg/100 km, consideraremos 4,37 kg/km (GNC a 0,97 euros/kg).
Para el coche híbrido (HEV de gasolina) de 3,9 l/100 km, consideramos 4,9 l/100 km (gasolina a 1,26 euros/l).
Para el coche híbrido enchufable (PHEV de gasolina) de 1,7 l/100 km y 11,5 kWh/100 km, consideraremos mitad de kilómetros con gasolina y mitad con electricidad. El consumo de gasolina lo aumentamos al doble, pues en modo híbrido consume bastante más: 3,4 l/100 km/2 + 14,4 kWh/100 km/2 (gasolina a 1,26 euros/l y electricidad a 0,076 euros/kWh, impuestos incluidos, tarifa PVPC, franja supervalle, de noche).
Para el coche eléctrico de 13 kWh/100 km, consideraremos 16,25 kWh/100 km (electricidad a 0,076 euros/kWh, impuestos incluidos, tarifa PVPC, franja supervalle, de noche).
Para cuantificar la diferencia en los costes de mantenimiento y revisiones hemos utilizado o bien la información que directamente indican los fabricantes, o bien comparativas gasolina frente a diésel modelo a modelo. Como te puedes imaginar, de nuevo según la marca y el modelo de coche esas diferencias pueden ser mayores o menores, así que vamos a intentar reflejar unos valores medios aproximados.
Tabla resumen comparativa
- COCHE DE GASOLINACOCHE DIÉSELCOCHE A GAS (GLP)COCHE A GAS (GNC)COCHE HÍBRIDOCOCHE HÍBRIDO ENCHUFABLECOCHE ELÉCTRICOPRECIO DE COMPRA (BATERÍA EN PROPIEDAD)Tiene el precio más bajoAprox. +1.600 eurosAprox. +1.400 eurosAprox. +2.200 eurosAprox. +3.200 eurosAprox. +12.500 eurosAprox. +13.500 eurosCAMBIO AUTOMÁTICOAprox. +1.600 eurosAprox.+1.600 eurosAprox.+1.600 eurosAprox. +1.600 euros(Incluido)(Incluido)(Incluido)AYUDAS DIRECTAS A LA COMPRA (DEL ESTADO, PLAN MOVALT)NoNo-500 o -1.000 euros-2.500 eurosNo-2.600 euros-5.500 eurosPUNTO DE RECARGANo procedeNo procedeNo procedeNo procedeNo procede
+700 a 1.500 euros +700 a 1.500 euros AYUDA PARA LA INSTALACIÓN DEL PUNTO DE RECARGA (CONCESIONARIO, PLAN MOVALT)No procedeNo procedeNo procedeNo procedeNo procede-1.210 euros-1.210 eurosAYUDA ADICIONAL (CONCESIONARIO ADHERIDO AL PLAN MOVALT)No procedeNo procede-1.210 euros-1.210 eurosNo procede--SEGURO-------IVTM (IMPUESTO MUNICIPAL DE CIRCULACIÓN)---75%-75%-75%-75%-75%CONSUMO (COSTE CADA 100 KM)7,87 euros5,83 euros5,25 euros4,24 euros6,17 euros2,69 euros1,24 eurosCONSUMO (COSTE DE 200.000 KM/10 AÑOS)15.740 euros11.660 euros10.500 euros8.480 euros12.340 euros5.380 euros2.480 eurosMANTENIMIENTOCoste baseAprox. +25%Aprox. +10%Aprox. +10%--Aprox. -40%PARQUÍMETROS---50%-50%-50%GratisGratis
Nótese que el coche eléctrico, si se recarga siempre en casa por la noche, tiene el coste de uso más bajo: después de 200.000 km el coche eléctrico ha gastado 13.260 euros menos que el coche de gasolina, tan sólo en combustible.
Nótese también que los coches a gas, y en especial a gas natural (GNC) tienen un coste de uso también muy competitivo: después de 200.000 km el coche a GNC ha gastado 7.260 euros menos que el coche de gasolina, tan sólo en combustible. - Veamos unos ejemplos con coches utilitarios
- Para hacernos una mejor idea vamos a comparar rápidamente algunos modelos a modo de ejemplo, para un uso de 200.000 km, 10 años.
Vamos a considerar seis coches pequeños de tipo utilitario, tres eléctricos, uno de gasolina, uno GNC (gas natural), uno diésel, y uno híbrido, todos con 5 puertas, pintura sin coste adicional y con un nivel de equipamiento intermedio, lo más similar posible entre ellos.
Volkswagen e-up!, Peugeot iOn y Renault ZOE, son los eléctricos, Volkswagen up!, una versión de gasolina y otra versión de gas natural (GNC), el Renault Clio, el diésel, y el Toyota Yaris HSD, híbrido. e-up!, iOn y up! miden alrededor de 3,5 m de largo, ZOE y Clio miden algo más de 4,0 m de largo, mientras que el Yaris se queda en 3,95 m.
Para ser más justos el coche de gasolina y el coche diésel serán con cambio automático, que es el funcionamiento equivalente al del coche eléctrico y al híbrido, en los que no hay que meter marchas. En el modelo a GNC no hay disponible cambio automático, pero vamos a suponer que lo hubiera y que la diferencia de precio es la misma que en el modelo de gasolina.
Vamos a considerar un caso desfavorable con mucho cableado y que el punto de recarga en el garaje con la instalación cuesta 1.600 euros (pero no olvidemos que el concesionario nos pagará hasta 1.210 euros, si está adherido al plan MOVALT).
Vamos a considerar también que el punto de recarga del coche eléctrico es una derivación del suministro de la vivienda, y por tanto sólo hay un contrato, pero que es necesario aumentar la potencia contratada en 1 kW, lo que supone un gasto adicional de 53,50 euros al año (impuestos incluídos). Como el cálculo lo haremos para un uso de 200.000 km o 10 años, eso sería en total 535 euros de coste.
Ojo, como los coches eléctricos están pensados para ser recargados por la noche, no todo el mundo necesitará hacerlo, pues con la potencia eléctrica actual de su casa puede que sea suficiente. Sin embargo también se puede dar el caso de plazas de garaje que no están en el mismo edificio que la vivienda y necesiten un nuevo suministro. Nos quedamos por tanto con este punto intermedio y añadimos este coste.
Un Volkswagen e-up! eléctrico de 82 CV (60 kW), 5 puertas, tiene un precio de tarifa de 28.380 euros, sin embargo tiene derecho a 5.500 euros de ayuda del Estado, con lo que teóricamente se podría quedar en 22.880 euros. No hay alquiler de batería. Habría que añadir 1.600 euros del punto de recarga, pero nos descuentan 1.210.
Su consumo combinado según homologación europea NEDC es de 11,7 kWh/100 km, pero lo incrementamos un 25% (14,63 kWh/100km). Con electricidad de noche (tarifa supervalle 0,076 euros/kWh, todos los impuestos incluidos), hacer 200.000 km costaría 2.223,76 euros. Por el aumento de la potencia contratada durante 10 años añadimos 535 euros más. Suman por ahora 26.028,76 euros. Hay ahorros adicionales: -75% IVTM cada año, -40% mantenimiento, parquímetros gratis.
Un Volkswagen up! 1.0 de 75 CV gasolina, con cambio automático ASG, 5 puertas, High-up!, tiene un precio de tarifa de 14.785 euros. Su consumo combinado según homologación europea es de 4,2 l/100 km, pero lo incrementamos un 25% (5,25 l/100km).
Con gasolina de 95 octanos a 1,26 euros/litro, hacer 200.000 km costaría 13.230 euros. Suman por ahora 28.015 euros. No hay ahorros adicionales ni en IVTM, ni en mantenimiento, ni en parquímetros.
- EL Volkswagen up! a gas natural GNC monta el mismo motor 1.0 que el de gasolina, pero la potencia es de 68 CV. Tampoco se puede pedir con cambio automático ASG, pero suponiendo que sí se pudiera como opción por 1.320 euros más, con 5 puertas y acabado High-up!, tendría un precio de tarifa de 17.005 euros. Hay ayudas para la compra de 2.500 euros + 1.210 euros (o sea, -3.710 euros).
Su consumo combinado según homologación europea es de 3,3 kg/100 km, pero lo incrementamos un 25% (4,12 kg/100km). Con GNC a 0,97 euros/kg, hacer 200.000 km costaría 7.992,80 euros. Suman por ahora 21.287,80 euros. Hay ahorros adicionales, -75 % en IVTM, -50 % en parquímetros, pero el mantenimiento cuesta aproximadamente un 10 % más que en el de gasolina.
Un Peugeot iOn eléctrico de 67 CV, 5 puertas, tiene un precio de tarifa de 21.852,42 euros, tiene derecho a 5.500 euros de ayuda del Estado y teóricamente se podría quedar en 16.352,42 euros. No hay alquiler de batería. Habría que añadir 1.600 euros del punto de recarga, pero nos descuentan 1.210.
Su consumo combinado según homologación europea es de 12,5 kWh/100 km, pero lo incrementamos un 25% (15,62 kWh/100km). Con electricidad de noche, hacer 200.000 km costaría 2.374,24 euros. Por el aumento de la potencia contratada durante 10 años añadimos 535 euros más. Suman por ahora 19.651,66 euros. Hay ahorros adicionales: -75 % IVTM, -40 % mantenimiento, parquímetros gratis.
- Un Renault ZOE ZE40 eléctrico de 92 CV, 5 puertas, 403 km de autonomía homologada NEDC, acabado Intens, con la batería en propiedad, tiene un precio de tarifa de 30.500 euros. Tiene derecho a 5.500 euros de ayuda del Estado y teóricamente se podría quedar en 25.000 euros.
No habría que añadir 1.600 euros del punto de recarga pues ahora mismo lo regala la marca, pero como suponemos que regalará el equivalente a 1.210 euros, el exceso, 390 euros, sí lo tendríamos que pagar nosotros.
Su consumo combinado según homologación europea es de 13,3 kWh/100 km, pero lo incrementamos un 25% (16,62 kWh/100km). Con electricidad de noche hacer 200.000 km costaría 2.526,24 euros. Por el aumento de la potencia contratada durante 10 años añadimos 535 euros más. Suman por ahora 28.451,24 euros. Hay ahorros adicionales: -75% IVTM, -40% mantenimiento y parquímetros gratis.
Un Renault Clio 1.5 dci de 90 CV diésel, con cambio automático EDC, 5 puertas, Limited, tiene un precio de tarifa de 16.421,70 euros. Su consumo combinado según homologación europea es de 3,5 l/100 km, pero lo incrementamos un 25% (4,38/100km).
Con gasóleo a 1,19 euros/litro, hacer 200.000 km costaría 10.424,40 euros. Suman por ahora 26.846,10 euros. No hay ahorros adicionales ni en IVTM, ni en parquímetros, y además los costes de mantenimiento son un 25 % superiores a los del gasolina.
Por último, pero no menos importante, tenemos el Toyota Yaris HSD, híbrido eléctrico de gasolina de 100 CV, 5 puertas, Feel!, tiene un precio de tarifa de 16.800 euros. Su consumo combinado según homologación europea NEDC es de 3,6 l/100 km, pero lo incrementamos un 25% (4,5 l/100 km).
Con la gasolina de 95 octanos a 1,26 euros/l, hacer 200.000 km costaría 11.340 euros. Suman por ahora 28.140 euros. Hay ahorros adicionales: -75% IVTM, y -50% en parquímetros.
Cuando uno se para a echar cuentas ya no resultan tan caros los coches eléctricos. Cada cual que analice cómo y cuánto usa el coche, y sabrá qué le merece más la pena.
- VOLKSWAGEN E-UP! (ELÉCTRICO)VOLKSWAGEN UP! (GASOLINA, AUTOMÁTICO)VOLKSWAGEN UP! (GNC, 'AUTOMÁTICO')PEUGEOT ION (ELÉCTRICO)RENAULT ZOE ZE40 (ELÉCTRICO)RENAULT CLIO 1.5 DCI 90 (DIÉSEL, AUTOMÁTICO)TOYOTA YARIS HSD (HÍBRIDO)PRECIO DE COMPRA28.380 euros14.785 euros17.005 euros21.852,42 euros30.500 euros16.421,70 euros16.800 eurosAYUDA A LA COMPRA DEL ESTADO (PLAN MOVALT)-5.500 euros--2.500 euros-5.500 euros-5.500 euros--PUNTO DE RECARGA DE VE+1.600 eurosNo necesitaNo necesita+1.600 euros+1.600 eurosNo necesitaNo necesitaAYUDA ADICIONAL (CONCESIONARIO ASOCIADO PLAN MOVALT)-1.210 eurosNo-1.210 euros-1.210 euros-1.210 eurosNoNoCOSTE POR AUMENTO DE POTENCIA CONTRATADA 1 KW (10 AÑOS)+535 euros--+535 euros+535 euros--COSTE POR CONSUMO (200.000 KM)2.223,76 euros13.230 euros7.992,80 euros2.374,24 euros2.526,24 euros10.424,40 euros11.340 eurosTOTAL26.028,76 euros28.015 euros21.287,80 euros19.651,66 euros28.451,24 euros26.846,10 euros28.140 eurosIVTM (IMPUESTO MUNICIPAL DE CIRCULACIÓN ANUAL)-75%--75%-75%-75%--75%COSTE DEL MANTENIMIENTO-40 %Coste baseAprox. +10 %-40 %-40 %+25 %-COSTE DE LOS PARQUÍMETROSGratis--50 %GratisGratis--50 %
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