Parece que tras los reiterados llamados de atención por parte del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, ZTE ha aceptado pagar una multa de 1.200 millones de dólares, a la que han sido condenados por transgredir órdenes de comercio internacionales, exportando a Irán y Corea del Norte.
Esta multa a la compañía china es la mayor aplicada por Estados Unidos en materia de control de exportaciones, y la empresa se verá obligada a pagar un monto ahora que asciende a los 892 millones de dólares, y otros 300 millones durante los próximos siete años en el caso de que las prácticas se volviesen a producir.
Seis años de investigaciones
Además, la compañía también ha reconocido que suministró información falsa a las autoridades estadounidenses, incurriendo en un delito de obstrucción de la justicia y malversación de fondos. El Secretario de Comercio Wilbur Ross ha sido claro y conciso en el comunicado ofrecido sobre la sanción a ZTE: «quienes desacaten nuestras sanciones económicas y normas sobre control de exportaciones, no saldrán impunes. Se enfrentarán a las más severas consecuencias».
Desde este momento los privilegios en exportaciones de los que ZTE disfrutaba serán denegados durante siete años si algo de lo expuesto en este acuerdo no se cumple, aseguran las autoridades en el mismo comunicado. Además, ZTE ha aceptado operar durante tres años bajo vigilancia exhaustiva y a someterse a un programa de auditoria constante que permitirá al gobierno estadounidense acceder a todos los registros de la empresa.
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