Un adaptador que, por cierto, la propia Microsoft regaló por tiempo limitado a aquellos que disponían de un primer modelo de Xbox One, uno de los nuevos modelos, el Kinect y además podían probarlo ofreciendo el número de serie de los tres dispositivos al servicio técnico oficial de Xbox. A fin de cuentas, se trataba de dispositivo enfocado a un público muy limitado. Quizás demasiado limitado.
El motivo del cese de producción del adaptador no tiene ningún misterio: la actual prioridad de Microsoft está en ofrecer otros accesorios que tengan mayor proyección de futuro, según cuenta un representante a Polygon.
Después de considerarlo una cuidadosamente, decidimos dejar de fabricar el adaptador de Kinect para Xbox con el objetivo de centrarnos en el lanzamiento de nuevos accesorios de juego solicitados por los fans para Xbox One y Windows 10.
A Microsoft le ha costado prácticamente cuatro años redibujar por completo el panorama pintado en el E3 2013: el de una consola técnicamente inferior frente a la propuesta de PlayStation cuyo mayor precio y servicios estaban condicionados por un sensor de movimientos que no terminó de cuajar entre los jugadores.
Después de considerarlo una cuidadosamente, decidimos dejar de fabricar el adaptador de Kinect para Xbox con el objetivo de centrarnos en el lanzamiento de nuevos accesorios de juego solicitados por los fans para Xbox One y Windows 10.
A Microsoft le ha costado prácticamente cuatro años redibujar por completo el panorama pintado en el E3 2013: el de una consola técnicamente inferior frente a la propuesta de PlayStation cuyo mayor precio y servicios estaban condicionados por un sensor de movimientos que no terminó de cuajar entre los jugadores.
De hecho, Microsoft tardaría nada menos que seis meses en comenzar a vender la consola sin Kinect (sin compensación a los early adopters), pero lo más curioso es que sin el Kinect, la Xbox One era capaz de ofrecer mayor potencia gráfica.
Por otro lado, la especialmente escasa producción de juegos y aplicaciones para Kinect no ayudó en absoluto, aunque sería injusto decir que fue inexistente. De hecho, incluso el año pasado fueron anunciados un par de propuestas bastante locas como 'Air Guitar Warrior', aunque la gradual desaparición de su protagonismo en la interfaz dejaba claro que nos veríamos en estas.
Por parte de los juegos, Microsoft se curó en salud relanzando varios de sus propuestas first-party como 'Zoo Tycoon', 'Disneyland Adventures' o 'Rush: A Disney-Pixar Adventure' sin los añadidos de Kinect y justo a tiempo para el lanzamiento de Xbox One X. Una consola con un potencial técnico atronador, un catalogo de juegos transgeneracional, preparado para las 4K, la Realidad Virtual y, una vez se acabe el stock de adaptadores, 100% libre de Kinect.
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