Como ya se ha dicho infinidad de veces, la red de redes ha supuesto una auténtica revolución para el mundo del cine y, sobre todo, para el modelo de consumo del séptimo arte. Netflix, Filmin o HBO son nombres propios que ya forman parte nuestro día a día, confirmando que las plataformas de video on demand —o video bajo demanda— no son el futuro, sino un sólido presente.
Como es habitual, la evolución está a la orden del día, y este método de distribución cinematográfica no iba a limitarse a su exitoso modelo actual pudiendo ampliar su oferta un paso más allá. De este modo, dos gigantes de la talla de Amazon y Apple han unido sus fuerzas para desarrollar lo que han definido como PVOD o Premium Video On Demand: un sistema de streaming que nos permitirá ver desde el sofá los próximos estrenos entre 30 y 45 días antes de su paso por salas comerciales.
El plan de ambas compañías, que necesita el respaldo de, al menos, tres grandes estudios para materializarse, pretende traer a la comodidad de nuestros salones las últimas novedades a un precio que rondará los 30 dólares por alquiler. La cantidad puede asustar en un primer momento, pero debemos tener en consideración que la entrada media de cine en Estados Unidos oscila entre los 12 y 15 dólares, y que siempre podremos llenar nuestra casa de invitados con los que dividir los gastos.
Con el desplome de un 13% en la taquilla norteamericana, el PVOD parece estar más cerca que nunca de hacerse realidad. Si todo va como Apple y Amazon esperan, tendremos estas premiéres domésticas a lo largo de los dos primeros meses de 2018 junto a, probablemente, no pocas quejas y presiones por parte de unos exhibidores tradicionales que, tristemente, deberían empezar a preocuparse por la viabilidad de su modelo de negocio.
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