El primer ejemplo conocido de pez carnívoro ha sido identificado por un equipo internacional de científicos a partir de un fósil encontrado en el sur de Alemania. Se trata de una especie desconocida hasta ahora que vivía en el mar durante el periodo Jurásico, hace unos 150 millones de años.
Este pez óseo tenía dientes similares a los de las pirañas modernas y los investigadores mantienen que los empleaban con exactamente la misma finalidad: arrancar pedazos de carne a otros peces. Uno de los yacimientos fósiles más conocidos y estudiados del mundo continúa dándonos sorpresas.
De hecho, según explican en su investigación publicada en la revista 'Current Biology', en las cercanías del lugar en el que fue encontrado el pez carnívoro hallaron peces que habían sido atacados. Lo más curioso es que les faltaban trozos de aleta. "Esta es una similitud asombrosa con las pirañas modernas, que se alimentan predominantemente no de carne, sino de las aletas de otros peces", explica el investigador David Bellwood, de la Universidad James Cook de Australia.
Esto, dice, "es un movimiento muy inteligente". ¿Por qué? Porque las aletas vuelven a crecer y, por tanto, son por así decirlo un recurso renovable. "Se alimenta de un pez y está muerto; mordisquea sus aletas y tiene comida para el futuro", asegura Bellwood.
"Es como encontrar una oveja con un gruñido de lobo"
Sin embargo, es todavía más curioso lo que dice una de las investigadoras, Martina Kölbl-Ebert, del Jura-Museum Eichstätt: "Es como encontrar una oveja con un gruñido de lobo". ¿Por qué? Porque según explica, la criatura descrita proviene de un grupo de peces, los picnodontides, que son famosos por sus dientes aplastados. Y a esto debemos sumar su edad, nada menos que unos 150 millones de años, y los peces conocidos del momento.
Kölbl-Ebert explica que los peces tal y como los conocemos, los peces óseos, se supone que no mordían a otros peces en el Jurásico. "Los tiburones han sido capaces de morder trozos de carne, pero a lo largo de la historia los peces óseos se han alimentado de invertebrados o se han tragado en gran medida a sus presas enteras", asegura. Lo de morder trozos de carne o aletas fue algo que vino más tarde, según se creía.
Eso es para los científicos "un asombroso ejemplo de versatilidad evolutiva y oportunismo". Porque es el primer registro de un pez óseo que mordió a otros peces y, para mayor sorpresa, se dedicaba a ello en el mar y no en agua dulce como las pirañas contemporáneas. "Cuando los dinosaurios caminaban por la tierra y los pequeños dinosaurios intentaban volar con los pterosaurios, los peces nadaban alrededor de sus pies arrancándose las aletas o la carne unos a otros", concluye Bellwood.
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