Alemania ostenta desde hace muchos años (ya antes de la I Guerra Mundial) un puesto destacado en el ámbito industrial, así como una generalizada reputación de eficiencia; aunque hay quien sostiene que se confunde eficiencia con la "afición desmesurada por las reglas", e incluso eso quedó dañado tras el escándalo de Volkswagen de hace unos años.
En cualquier caso, tras salir a flote del agujero de la II Guerra Mundial gracias al 'milagro económico', Alemania ha sido una de las potencias industriales que ha logrado sacar provecho de la globalización, al haberse centrado en mejorar su competitividad y concentrar su producción industrial en bienes de capital de alto valor añadido, con lo que ha logrado sortear en gran medida la tendencia de desindustrialización en favor de las naciones emergentes no occidentales.
Pero esta nación que algunos aún denominan 'la locomotora de Europa', ¿ha sido acaso capaz de mantener su liderazgo en esta era de las TICs, concretamente en campos como la inteligencia artificial? Asgard Capital, un fondo de inversión especializado en inteligencia artificial ha publicado desde el año pasado varios informes que nos ayudan a responder a esa pregunta.
Octava potencia del sector, apuesta ahora por consolidar su marca 'IA hecha en Alemania'
Según Asgard, Alemania ocupa el 8 puesto en la distribución global de startups de IA, con un 3%, pisándole los talones a Francia (que ocupa el 7º puesto con un 3,1% de las startups), mientras que su capital, Berlín (que acoge el 54% de la industria IA de Alemania) ostenta el puesto 12 en el ranking de ciudades.
A modo de referencia, España ostenta el puesto 13º(con 1/3 del número de startups de Alemania) y queda fuera del TOP20 de ciudades.
"Son economías fuertes con un gran mercado interno. Pero, en comparación con el tamaño de la economía, estamos especialmente decepcionados con los esfuerzos de Francia y Alemania para desarrollar su capacidad de liderazgo de la industria de la IA, pequeños en comparación con los Estados Unidos, China e Israel", afirma Fabian Westerheide, CEO de Asgard.
Conscientes de ese problema, el gobierno alemán aprobó la semana pasada un documento llamado "IA hecha en Alemania" que será presentado durante la Cumbre Digital 2018 que se celebrará en Nuremberg el mes que viene, y que recoge un plan para invertir 3.000 millones de euros en el sector de la IA en Alemania, desde el año que viene hasta el 2025.
Merkel ya hablaba el pasado abril sobre la necesidad de entrar a competir contra China en materia de IA, y sólo 3 meses más tarde su gobierno daba a conocer los primeros detalles del documento aprobado hace unos días en Postdam.
El objetivo, según el ejecutivo germano, es el de "alcanzar y mantener una excelencia y liderazgo global tanto en la investigación y el desarrollo como en la aplicación de la IA en Alemania y Europa", así como el de consolidar la "IA hecha en Alemania" como una marca de calidad a nivel mundial.
No sólo la falta de inversión explica por qué Alemania se ha quedado atrás en esta carrera
Pero el medio público alemán Deutsche-Welle recoge cierto escepticismo por parte de los grandes nombres del sector de aquel país: "3.000 millones es mucho menos de los que empresas como Microsoft y Google invierten en inteligencia artificial en un solo año. Así que la gente no debe pensar que Alemania se convertirá repentinamente en un líder mundial del sector capaz de competir con EE.UU y China", afirma Michael Feindt, fundador de la empresa de IA Blue Yonder y profesor del Instituto de Tecnología de Karlsruhe.
Feindt apunta también a las dos razones que explicarían por qué Alemania se ha dejado adelantar en el campo de la IA: la obsesión nacional por la privacidad (un tema al que Google tuvo que hacer frente tras lanzar allí su servicio Street View) y la "mentalidad de valorar más el hardware que cosas abstractas (...) como el software, los algoritmos y los datos".
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