La compañía Ricoh lleva varios años desarrollando cámaras para capturar escenas 360º tanto en foto como en video. Theta S es la tercera generación que trae consigo mejoras en formato, calidad de imagen y hardware.
La cámara Theta S es capaz de capturar fotos y videos 360º gracias a dos cámaras gran angular montadas en la parte frontal y trasera de la misma. Estos contenidos pueden ser vistos en un ordenador, móvil e incluso con gafas de realidad virtual cambiando el punto de vista según el movimiento de tu cabeza. ¿Cómo es su uso? ¿cómo se pueden compartir los videos, fotos? ¿merece la pena la calidad? Veamos.
¿Qué es Ricoh Theta S?
La respuesta rápida, es la tercera generación de este tipo de cámara de la compañía Ricoh. Hablamos de un dispositivo de bolsillo en formato candybar que tiene dos notables lentes en sendos lados de la misma. Esas lentes cubren 180º cada una (ojo de pez) y dan imagen a cada sensor de 12 Mpx que monta Theta S. Es decir, con este gadget podremos crear contenidos 360, aptos para dispositivos de realidad virtual.
La respuesta rápida, es la tercera generación de este tipo de cámara de la compañía Ricoh. Hablamos de un dispositivo de bolsillo en formato candybar que tiene dos notables lentes en sendos lados de la misma. Esas lentes cubren 180º cada una (ojo de pez) y dan imagen a cada sensor de 12 Mpx que monta Theta S. Es decir, con este gadget podremos crear contenidos 360, aptos para dispositivos de realidad virtual.
Ricoh Theta S es un gadget muy ligero y compacto, pese a su altura, tenemos una cámara con unas medidas de 44 mm (ancho) x 130 mm (alto) x 22,9 mm (profundo) y un peso de alrededor de 135g.
RICOH THETA S
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Dimensiones y peso
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130 x 44 x 22,9 cm
125 g |
Sensores
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Resolución
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Autonomía
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Batería no extraíble:
- 45 min grabación vídeo - 260 fotos (CIPA) |
Almacenamiento
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8GB (interna) no ampliables
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Conectividad
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microUSB
microHDMI Wi-Fi |
Apps
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iOS / Android
PC y Mac |
Precio
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410 dólares
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Goza de un acabado gomoso, muy cómodo al tacto y que mejora el agarre y recuerda en su sistema de control a las minimalistas cámaras deportivas. Tiene cuatro botones, tres en ele lateral, para encenderla, activar la conectividad Wi-Fi y cambiar entre modo foto y video, y uno en el frontal que sirve de disparador.
La conectividad, aparte de la Wi-Fi anteriormente mencionada y con la que se puede controlar remotamente desde un smartphone, se completa con microUSB y un puerto de salida de vídeo microHDMI. Algo que choca cuando vas a utilizar la cámara es que no tiene ranura microSD, Ricoh ha apostado por memoria interna de 8 GB que da, según la escena, para grabar cerca de 45 minutos de video a máxima calidad.
La cámara registra el flujo de video de cada cámara, generando un archivo MP4 que muestra dos circunferencias con sendos videos sobre fondo negro acompañado del audio en cuestión. Este archivo se puede visualizar correctamente desde las aplicaciones de Ricoh tanto en ordenador como en smartphone.
Esta cámara tiene limitación de tiempo de grabación de, o bien 25 minutos o 4 GB de tamaño de archivo, lo que antes suceda. Una grabación con una gran saturación de luz o escena y mucho movimiento, es decir, video con mucho blanco y cambios llega antes a los 4GB de tamaño que a los 25 minutos de metraje.
Algo que no nos gusta, de primeras, es la disposición del conector microHDMI. Si colocas la cámara en un trípode queda completamente tapado, por tanto, inutilizable para mostrar video en tiempo real.
¿Cómo funciona?
Tal y como hemos mencionado en el apartado anterior, estamos ante una cámara muy sencilla de utilizar, sigue las premisas de uso instantáneo de las GoPro y similares. Puedes utilizarla de manera autónoma o bien controlarla desde un móvil que da acceso a ajustes de resolución y, en fotografía, a algunos controles manuales.
Si trabajamos de manera autónoma con la cámara, empezar a grabar es algo tan fácil como encenderla, elegir el modo foto o video (tenemos un ícono iluminado en la propia cámara que nos los indica) y pulsar el botón del frontal para realizar la captura.
Ricoh hace uso de un sistema de grabación de dos cámaras. Cada una de ellas dispuesta en cada lateral con las que puede grabar video circular (ojo de pez) 1.080p. Es la Ricoh Theta S la encargada de procesar ambos videos y situarlos uno al lado del otro creando un archivo MP4 fullHD con los dos videos opuestos en formato circular, este formato habrá que transcodificarlo a formato de video esférico a posteriori vía la aplicación en ordenador si quieres compartirlo con terceros en, por ejemplo, YouTube.
Si hablamos de fotos, los 12 Mpx de cada una de las cámaras aportan información para concebir una imagen panorámica 360 grados de 14 Mpx (5.376 x 2.688px) y necesitarás software de visualización 360 para que se muestren correctamente. La calidad obtenida a nivel de foto es notablemente superior a lo que tenemos como cámara de video.
Es aquí donde realmente los sensores 1/2,3 pulgadas con lente de apertura F/2.0 muestran de lo que es capaz la cámara. Se consiguen imágenes de gran calidad, con una resolución más que aceptable incluso una vez convertido el formato a panorámico-esférico.
Entendemos que la capacidad de proceso necesaria para poder conseguir esta calidad en video es demasiado elevada para poder ser integrada en un dispositivo tan compacto, pero ver una foto con esta calidad y después ver un video, deja claro que la calidad de video 360 es el punto a mejorar en toda esta hornada de cámaras 360 por cuestión de resolución principalmente, como veremos en el apartado de calidad.
A la hora de grabar video 360 tenemos que tener en cuenta la posición de la cámara, es decir, si antes encuadrabas lo que querías grabar/fotografiar, ahora no es necesario ya que capturas todo lo que hay alrededor de la cámara.
Ahora debes prestar atención a lo que no quieres que salga en escena e, importante, a la altura de la cámara, o punto de vista desde donde capturas. No es lo mismo grabar una escena desde la altura de tu cabeza (punto de vista natural) que desde una mesa, que da una apariencia de grabación muy diferente, haciendo que todo contenido mostrado en 360 visto en smartphone PC o gafas VR parezca gigante.
Utilizando Theta S, muy intuitivo y sencillo
¿Es fácil utilizarla? La respuesta es sí, tanto de manera manual, como a través de su aplicación móvil que podremos utilizar tras conectarnos a la cámara vía Wi-Fi. De manera autónoma, con los botones laterales podemos encender la cámara, activar el wi-fi y cambiar entre modo foto y video. Esto último se refleja en unos íconos iluminados en la parte frontal. Para empezar a grabar, tan sólo tenemos que pulsar el botón que hay sobre esos íconos de color.
Con el modo Wi-Fi desde la aplicación móvil (disponible para iOS y Android) podremos realizar un disparo de foto remoto o iniciar y parar la grabación. En el modo de video prácticamente no deja acceder a ninguna configuración más allá de las resoluciones mientras que en foto sí que podremos cambiar la exposición o modo de prioridad de programa o disparador, hacer fotografía HDR, entre otros.
El uso es muy intuitivo en general y pese a disponer de un manual en PDF en el que se detallan todas las características, es probable que la mayoría de usuarios sean capaz de extraer todo el potencial de la misma sin necesidad de leerlo.
Los LEDs integrados y el sistema de botones hace posible utilizar las características principales de la cámara sin necesidad de conectarla a un smartphone, es decir, podrás llevar la cámara contigo y hacer fotos y videos de manera autónoma sin ningún problema.
Fotos y videos hechos, ¿y ahora qué?
¿Qué pasa cuando ya hemos hecho una foto o video? La cámara no tiene pantalla, por tanto no podemos visualizar el contenido generado. Necesitamos un ordenador o bien un smartphone con la aplicación Theta S para poder visualizarlos en formato 360.
Para ver los contenidos en el móvil, necesitas pasar el contenido al móvil vía Wi-Fi y es algo que lleva su tiempo. Para hacernos una idea, un video de 3 minutos nos lleva del orden de 2 a 3 minutos. Tras ello, podrás utilizar el móvil con unas gafas VR para poder visualizar fotografías con el movimiento de tu cabeza o bien simplemente mover el dedo en la pantalla para deslizar la imagen o incluso hacer el típico gesto para zoom.
Si hablamos de video, una vez transferido podrás verlo, pero sólo podrás utilizar gestos táctiles desplazar el punto de vista en cualquier dirección, cayéndose la posibilidad de visualizarlos girando el móvil.
La calidad que vemos en la pantalla del smartphone sorprende, positivamente hablando, y es una pena que cuando lo compartimos para que otros usuarios puedan verlo bien vía theta360.com, YouTube o Facebook se note tanto la justa resolución del material generado.
Compartir los contenidos y que otros puedan verlos es una tarea algo más complicada para un usuario poco experimentado. Si quieres compartir un video vía Facebook no hay mucho problema, ya que desde la propia aplicación móvil, una vez transferido el video al smartphone, puedes compartirlo directamente en la red social.
Si hablamos de fotos, compartirlas desde el móvil es una tarea que pasa por la plataforma theta360.com que mantiene Ricoh. Con esto no queremos decir que no puedas pasar las fotos por correo electrónico o subirlas a una plataforma de almacenamiento en la nube sino que la imagen que compartirás será en formato esférico, deformada para nuestro ojo. Necesitarás un reproductor de contenidos esférico para verla en formato 360.
¿Qué pasa si quieres subir un video a YouTube? En este caso necesitas sí o sí un ordenador, bien sea Mac o PC y la aplicación Theta S. Este proceso es bastante molesto ya que tienes que arrastrar los videos que quieras, se procesan de uno en uno, para que se genere un archivo en formato esférico y que sea compatible con la plataforma de Google. Este formato ya es compatible de manera nativa con Facebook. Hablamos de reconversión de video y es una tarea que consume demasiado tiempo según qué ordenador tengas.
Una vez acaba de convertir el video original, se crea un archivo MP4 con el mismo nombre y la coletilla “_er”. Este archivo en cuestión no es el que podremos subir a YouTube todavía.
Tenemos que inyectarle los metadatos para que la plataforma de video entienda que es contenido 360 y eso se realiza con otra aplicación tal y como comenta YouTube en su ayuda para subir videos 360. Mismo proceso, arrastras el video encima de la ventana de la aplicación y entonces se genera el video que podrás subir a YouTube y que podrás ver con los controles 360.
Como ven no es un proceso pulido y depurado, requiere varios pasos antes de poder subir el material y aunque no es muy complicado sí que llega a ser molesto si tenemos que hacer lo mismo con varios archivos.
Si queremos recortar parte de un video grabado lo podremos hacer en el ordenador y también desde la aplicación móvil, que nos permite crear el video con el fragmento que queramos. Ese trozo se puede compartir directamente en Facebook, pero para YouTube tendremos que realizar el proceso anteriormente comentado.
Calidad: imagen profesional, video amateur
Hablemos de calidad, aquí tenemos que ser sinceros, no es una cámara para generar contenido profesional en video como el que se puede ver en las demos de gafas VR, con una resolución de vértigo.
Esas demos se graban con numerosas cámaras y posteriormente se tratan de manera digital para conseguir añadir la máxima resolución a cada escena. Hablamos de dispositivos de miles de dólares.
Con Ricoh Theta S, alrededor de 450 dólares, obtenemos un video que puede verse y ofrece esa misma sensación de inmersión pero, no vamos a engañar a nadie, queda lejos de la calidad de videos VR que hemos probado en dispositivos gafas como Gear VR, Oculus Rift o HTC Vive. No por el dispositivo en sí, sino por el material 360 grabado.
Si el video original, dos círculos que cubren en total 360º, es FullHD (1.920 x 1.080px), la calidad que se muestra al final después de la reconversión dista bastante de HD. Ambos videos tienen que solaparse y se pierde información, pero en este caso, la información de cada sensor es inferior a la mitad de ancho de FullHD.
En la cámara se ofrecen dos opciones de grabación, 1920 x 1080px (FullHD), y 1.280 x 720 px (720p). No hay más ajustes. Sin embargo aquí hacemos hincapie que esa no es la resolución de cada sensor, sino del archivo generado "pegando" ambas imágenes una al lado de la otra.
La grabación de audio está bien para un entorno silencioso pero si nos metemos en entornos ruidosos donde tenemos más de 90 dB - 100 dB. Los niveles de audio empiezan a saturar en estos casos: el audio en conciertos y similares deberíamos grabarlo con otro dispositivo por separado.
No todo iba a ser malo en video, un punto bastante positivo es el buen procesado que se realiza de las escenas capturadas ya que es complicado en la mayoría de ocasiones donde está la zona de stitching, es decir, la zona de fusión de ambas imágenes o videos 180º de cada sensor.
En tema de fotografía la cámara es otro mundo. Sí que muestra un gran potencial, y nos ofrece unos resultados muy trabajados. Hemos de decir que si el video tuviera una definición y colores similar a los que se consiguen en fotografía, estaríamos ante una cámara 360 redonda.
Las fotografías tomadas, así como la posibilidad de jugar con algunos controles manuales: tiempos de exposición, ISO, y un modo HDR hacen de la Ricoh Theta S un dispositivo muy interesante para iniciarse en el incipiente mundo de las fotos 360.
Nos gusta la idea de poder ofrecer un resultado muy original en reuniones de familiares o amigos y no tener que colocarnos todos para la foto. Simplemente colocas la cámara en el centro de la mesa y vas echando fotos o grabando videos.
Estamos hablando, eso sí, de una cámara compacta en dimensiones con un sensor de tamaño similar al que se monta en smartphones y cámaras deportivas y es por ello que cuando la luz escasea, nos encontramos con las limitaciones de este tipo de soluciones.
Con el modo manual de fotografía y aumentando el tiempo de exposición se puede compensar la carencia siempre y cuando fotografiemos escenas estáticas.
Las fotografías 360 generadas tienen un tamaño de 14 Mpx, similar a la de un smartphone actual, y nos permite cierto grado de zoom sin perder definición. Nos parece algo escasa si pensamos que teníamos un origen de dos imágenes 12 + 12 Mpx.
Es cierto que se pierde información a la hora de hora de juntar las imágenes (stitching) de ambas cámaras, pero quizá la pérdida de 10 Mpx brutos es demasiada información, si comparamos con las fotos que prometen cámaras de la competencia, por ejemplo Gear 360 de Samsung y sus fotos 360 que parten de dos imágenes de 16 Mpx, generan un archivo JPG 360 de 25,9 Mpx.
Pero en resumidas cuentas, para hacernos una idea, la resolución es bastante similar a lo que Google muestra con su Street View, bastante razonable para el precio al que encuentras esta solución.
Para concluir el apartado de calidad tenemos que volver a destacar de que el stiching / cosido / unión de imágenes y videos es de los mejores que hemos visto en cámaras 360 de dos lentes.
Esto es debido, no sólo al software sino a que la disposición tan cercana de ambos sensores facilita la labor, generando contenido realmente próximo entre sí. Es rara la ocasión en la que sea notable esa zona ni por aberraciones de forma ni por cambios bruscos de luz.
Autonomía y almacenamiento, más unidos de lo que parece
En este caso ambos apartados van bastante unidos de la mano, porque si bien la batería ofrece una autonomía de algo más de una hora, no puedes seguir utilizando Ricoh Theta S para grabar contenidos una vez llenas su memoria interna. Tiene unos escasos 8GB y más sabiendo que los videos y fotos generadas no son nada ligeros.
En cuanto a autonomía, duración de la batería en grabación tenemos que admitir que estamos ante una cámara que es capaz de prácticamente llenar su memoria interna cerca de dos veces. Podremos grabar video, llenar los 8GB (unos 40-45 minutos de metraje), vaciar el contenido y volver a grabar algo más de la mitad del espacio disponible.
Es decir, no vas a tener problema para grabar experiencias con esta cámara, el problema viene a que necesitas el móvil para poder transferir o borrar contenidos de su memoria y no es posible hacer una tarea tan común en otras cámaras, como poner otra tarjeta de memoria.
La memoria interna utiliza el sistema de ficheros FAT32 por lo que tenemos una limitación de tamaño de archivo de 4GB a la vez que el de tiempo de grabación de máximo 25 minutos por archivo.
La autonomía nos parece correcta para una cámara de estas características y tan compacta, pero tenemos que hacer notar que al igual que la memoria, la batería también es interna y no podrás cambiarla por otra, cuando se agote. Tanto la carga como la sincronización de archivos con el ordenador se realiza vía el popular cable microUSB.
Theta S, apuesta seria por 360 con alguna carencia
La cámara de Ricoh cubre una necesidad inherente a la tecnología de realidad virtual y los videos 360, la generación de contenidos propios para visualizar con este tipo de dispositivos.
Queda claro, por tanto, que Ricoh Theta S es una apuesta seria, la tercera generación de Ricoh que ofrece un rendimiento sobresaliente en fotografía con aún camino por recorrer en video.
Hay que tener en cuenta que no es tan sencillo como uno quisiera el compartir los videos vía YouTube. Esa necesaria reconversión de formato intermedia y la inyección de metadatos es un paso que lleva bastante tiempo. No es para nada sencillo para un usuario inexperto. Y para colmo, el resultado final tras el proceso muestra una calidad que se resiente. Tiene un acabado que recuerda, en parte, a un video VHS, muy lejos de los HD, 2K y 4K a los que estamos acostumbrados.
Está claro que Ricoh tiene experiencia en este campo, que el acabado de video que puedes ver desde su aplicación móvil es bastante bueno, el problema viene cuando lo quieres "exportar" o compartir en sitios de terceros. La VR y los videos 360 a nivel amateur está recién nacida y necesita ciertos estándares para que todo el hardware aproveche cada plataforma de contenidos al máximo.
Ricoh ofrece un modo adicional a los modos foto y video para realizar streaming en directo pero de momento no dispone de modo de streaming online, es decir, podrás hacer streaming vía microUSB y HDMI, hacia un PC, TV o monitor. La imagen frontal y la trasera se verán una al lado de otra, es decir, no será streaming de video 360 como tal.
Theta S tiene un precio que hoy día ronda los 450 dólares y llega acompañada de una funda de neopreno y un cable microUSB. Nos parece un precio elevado para la calidad final del video obtenido en plataformas online como YouTube aunque sí que nos parece un gadget curioso para guardar recuerdos de experiencias y reuniones familiares, ofrecer puntos de vista singulares o empezar a crear contenido en 360.
Este formato de videos e imágenes inmersivas, perfecto para ser visualizado con accesorios de realidad virtual. Por él han apostado de lleno compañías como Google y Facebook y, de momento, es complicado entrever si estamos ante una moda efímera como la tecnología 3D en cine y TV o ante una revolución del mercado que llega para quedarse.
Sea como fuere Ricoh Theta S es una de las apuestas más fuertes del mercado dentro de su rango de precio similar a la calidad que consigue LG con su LG cam 360 y ligeramente por detrás de Samsung con su Gear 360. La elección final entre ellas dependerá de las expectativas que tengas en este producto, la calidad que esperes así como el tipo de uso que pretendas darle.
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