La presión arterial o nuestro índice de masa corporal son importantes para diagnosticar el estado de nuestra salud. Sin embargo, un nuevo estudio señala otro indicador que nunca se ha tenido en cuenta: medir lo rápido que caminamos.
Cuanto más rápido sea el ritmo al andar, mejores serán los resultados de salud. Por eso, los cirujanos cardiacos han propuesto usar esta medida como una forma de identificar a los pacientes que podrían tener dificultades para recuperarse de la cirugía. También hay evidencia de que podría alertar a los médicos sobre problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares y deficiencias cognitivas.
Velocidad y edad biológica
De este modo, los médicos podrían usar la velocidad de la marcha para ayudar a determinar la edad biológica de una persona, que puede ser más o menos joven que su edad cronológica.
No es cuestión de que andemos más rápido: no hay evidencia que demuestre que un aumento en la velocidad de tu marcha influya en tu salud. Pero es importante prestar atención a lo físicamente activo que eres. Ir más lento de forma significativa podría indicar una condición subyacente.
Según explica Christina M. Dieli-Conwright, profesora asistente de investigación en la División de Bioquinesiología y Fisioterapia de la USC: "Un predictor realmente fuerte de la mortalidad es la velocidad de la marcha".
Los investigadores creen que hay varias razones por las cuales la velocidad al caminar puede ser un vaticinador de supervivencia. Caminar requiere energía, control de movimiento y apoyo y exige un esfuerzo en múltiples sistemas de órganos, incluido el corazón, los pulmones y los sistemas circulatorio, nervioso y musculoesquelético. La disminución en la velocidad del andar refleja tanto daños en esos sistemas como un alto coste de energía al caminar.
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