martes, 24 de julio de 2018

OMEGA 3


Desde hace mucho tiempo se valora como un súperalimento al aceite de pescado por su contenido en omega 3 y muchas son las directrices que aconsejan incrementar el consumo de este tipo de grasas para favorecer la salud cardiovascular. Sin embargo, según un nuevo estudio el omega 3 es de muy poca o nula ayuda para prevenir enfermedades cardiovasculares.

Omega 3: con beneficios pero sin necesidad de tomar suplementos

El omega 3 es un tipo de ácido graso esencial para el organismo, es decir, que nuestro cuerpo no puede producirlo por sí sólo. Se encuentra en semillas, frutos secos y aceites vegetales bajo el nombre de ácido alfa linolénico o ALA y en aceite de pescado y pescados grasos como ácido docosahexanoico o DHA y ácido eicosapentanóico o EPA.

Un reciente estudio publicado evaluó los resultados de 79 ensayos aleatorios controlados y así se sumaron más de 100 mil participantes. Se analizó el efecto sobre la mortalidad por cualquier causa y por riesgo cardiovascular de dietas enriquecidas o suplementadas con omega 3 y dietas normales, con menor ingesta de este ácido graso.

Los resultados señalan que adicionar omega 3 a la dieta, mediante alimentos enriquecidos o suplementos, no reduce el riesgo de muerte por cualquier causa ni por enfermedad cardiovascular y no modifica la incidencia de enfermedades cardíacas o vasculares.

Así, el uso de suplementos o la recomendación de incrementar la ingesta de omega 3 para reducir el riesgo cardiovascular no está avalada por la ciencia según lo que revela este metaanálisis reciente.

No obstante, el omega 3 tiene efecto antiinflamatorio comprobado en pacientes con artritis reumatoidea, puede elevar el colesterol bueno o HDL y reducir triglicéridos en sangre así como ser de ayuda para reducir la presión arterial precisamente por su efecto contra los procesos inflamatorios.

Por todo ello, el omega 3 continúa siendo beneficioso y recomendable en la dieta habitual, pero con el consumo de alimentos frescos como pescado azul en cantidades de una ración dos o tres veces a la semana, un puñado de frutos secos y semillas a diario u otras fuentes de este tipo de grasa es suficiente para cubrir las necesidades, siendo innecesario acudir a suplementos para reducir el riesgo cardiovascular.



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