Su nombre es Shirley Anderson, en 1998 fue diagnosticado con cáncer de lengua por lo que tuvo que someterse a varios tratamientos entre los que se incluía la radiación, esto hizo que hace un par de años el señor Anderson estuviera libre del cáncer, lamentablemente el costo de la radiación fue haber perdido la parte inferior de su mandíbula.
Esto lo llevó a probar con implantes experimentales pero ninguno ayudó a reemplazar su mandíbula inferior, hasta que finalmente acudió con un médico maxilofacial quien le diseño una prótesis en arcilla, la cual era muy pesada y sólo podía usar por cuatro horas, por fortuna el médico no se rindió e investigó acerca de una nueva técnica que se apoya en la impresión 3D.
Prótesis impresas en 3D
Sin duda la medicina es la disciplina que más beneficios ha encontrado en la impresión 3D, ya que hemos visto desde bases y componentes para prótesis robóticas, implantes y hasta tejido humano, lo que demuestra que esta tecnología está madurando con muy buenos resultados y aceptación por parte de la comunidad médica.
El caso del señor Anderson es un ejemplo más de la versatilidad y alcance de la impresión 3D, ya que el médico Travis Bellicchi de la Universidad de Indiana, tuvo que cambiar la tradicional prótesis de arcilla y experimentar con esta nueva técnica, que incluso ya es conocida como la "Técnica Shirley" en honor al señor Anderson.
Belliche se acercó a la compañía Formlabs, especialista en diseño e impresión 3D, donde encontró una solución que ayudaría a crear una prótesis a la medida del rostro del señor Anderson. Es así como Formlabs se encargó de crear un modelo digital de la cara del señor, la cual contaba con los detalles de cada hueso para así poder probar materiales que se adaptaran de forma perfecta a lo que necesitaban.
El resultado fue una prótesis en silicona creada a la medida, ligera y a la que se le adaptó el color de piel y hasta la textura para que fuera lo más realista posible. Esta técnica, que se basa originalmente en una prótesis de rostro creada en 2013, ha sido todo un éxito, lo que ha provocado que ya estén trabajando en seis nuevos pacientes donde lo mejor de todo, es que sirve para una gran variedad de prótesis, por ejemplo para orejas y narices, las cuales se obtienen en un tiempo récord de seis semanas y tienen un precio por debajo de la mitad de los que cuesta una prótesis de arcilla.
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