miércoles, 6 de julio de 2016

ROBOGLOVE


Una de las aplicaciones más interesantes y útiles de la robótica es el que pueda ayudarnos (a los de carne y hueso) a realizar las tareas que no podemos hacer, ya sea por algún impedimento puntual o por querer ir más allá de lo humanamente posible. Un ejemplo es la fuerza, para lo cual la NASA y General Motoros desarrollaron hace unos años el RoboGlove, tecnología que ahora se queda la empresa sueca Bioservo Tecnologies.

Este guante permite reducir el trabajo que necesita una mano humana al sostener un objeto pesado, como es el caso de muchas de las herramientas que usan los astronautas. Esta reducción, y el hecho de que reproduzca de manera bastante fiel el aparato locomotor a nivel de mano y antebrazo lo hacen interesante para otras aplicaciones dentro de la atmósfera terrestre.



Ahorrarnos esfuerzos con y sin gravedad

Explicábamos en su momento que el RoboGlobe reducía el esfuerzo de la mano a 2-4 kilogramos de presión de los 7-9 necesarios para sostener una de estas herramientas. Esto se traduce en que hay también una reducción del agotamiento, un factor de importancia teniendo en cuenta lo que pueden durar las reparaciones en la Estación Espacial Internacional (ISS), emplazamiento para cuya rutina fue diseñado.

No obstante, no hace falta irnos hasta el espacio exterior para que esta pseudo-mano resulte de utilidad. En Bioservo, una empresa que lleva años dedicándose a la construcción de exoesqueletos para manos y otras extremidades, puso el ojo en el RoboGlove y lo vio un candidato idóneo para salpimentarlo con su tecnología propia SEM (Soft Extra Muscle).


¿Qué utilidades puede tener un guante de estas características en las labores terrestres? No hace falta pensar mucho para trasladar ese ahorro de esfuerzo de las reparaciones aeroespaciales al que tendrían las de maquinaria terrestre, como pueden ser los grandes vehículos o la maquinaria industrial, donde todo suele tener una escala mayor (tanto piezas, como herramientas, como tareas).

Otro campo que se puede ver beneficiado es el de la salud. En los últimos años estamos viendo cómo gracias al avance en los diseños y en los materiales se están creando prótesis que resultan cada vez más adecuadas, ligeras y cómodas para sus usuarios. Bioservo espera que aplicando su experiencia en exoesqueletos, por ejemplo el SEM glove enfocados a solucionar problemas de agarre, puedan crear un híbrido que sea de utilidad en terapias de rehabilitación o la creación de implantes biónicos.


La fusión de lo robótico para solucionar lo humano

Hace poco hablábamos de los robots que imitaban a animales, matizando el hecho de que dentro de su espectacularidad tenían en varios casos como objetivo el ayudar a entender estructuras anatómicas y ser también de utilidad en el ámbito de la terapéutica y la salud. Propuestas como ésas y la de hoy hacen que lo que a priori puede parecer más de ciencia ficción esté más cercano y tenga una aplicación muy práctica.

De lo que no se ha hablado es de plazos o costes (tampoco aparece en la lista de proyectos de la web de la compañía sueca). Veremos pues en qué queda esta asociación entre las tecnologías de la NASA, General Motors y Bioservo y si efectivamente supone un alivio para profesionales y pacientes.



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