viernes, 25 de mayo de 2018

KIEV


Este es un año que va a ser un no parar de eventos deportivos, y ahora nos toca saber quién se llevará la final de la Champions... Como lo mismo no son muy futboleros y sabemos qué es lo que les gusta, descubrimos siete joyas que visitar en Kiev si no te interesa el fútbol.

Historia, tradición, revoluciones y religión, mucha religión es lo que te ofrece Kiev. La capital de Ucrania está llena de árboles e iglesias ortodoxas de cúpulas doradas, y monumentos gigantes que conmemoran victorias. Te invita a adentrarte bajo tierra de diversas maneras y desde luego no te dejará indiferente.


La Catedral de Mikhailovsky


También conocida como el Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas es parada obligada si vas a visitar Kiev. Su origen se remonta al siglo XI para algunos y para otros es de barroco ucraniano. Sea lo que fuere, en los años 30 las autoridades soviéticas la destruyeron. La independencia de Ucrania trajo con ella su reconstrucción. En su interior hay un museo que cuenta toda su historia: sus frescos y mosaicos originales se conservaron en la Catedral de Santa Sofía, en el Hermitage de San Petersburgo y en la Galería Tretiakov, y volvieron a su interior cuando se reconstruyó.

Tiempo después de su demolición, el lugar donde estuvo la catedral se transformó en un complejo deportivo, con pistas de tenis y voleibol y el Refectorio de San Juan el Divino fue utilizado como vestuarios. Vamos a la parte con leyenda: si visitas el monasterio pide un deseo, moja una moneda y presiónala contra una de las cuatro esquinas metálicas de la fuente del patio. Si se queda pegada, tu deseo se hará realidad.


La Iglesia de Saint Andrews


Sigamos con más cúpulas doradas. La iglesia de San Andrés es de mediados del siglo XVIII y en típico barroco de la Rusia Imperial, construída por un arquitecto italiano. Está en una colina dominando el histórico barrio de Podil. Esa ubicación hace que siempre haya una preocupación continua por el estado de sus cimientos, ya que aparecen constantes grietas e incluso se han encontrado decoraciones.

Pasearse por las calles de Podil es otra de las cosas que hay que hacer: perderse por las lugares adoquinados y quizás comprar en un mercadito matrioskas con caras de jugadores de fútbol, políticos o cantantes famosos o incluso máscaras anti-gás antiguas. La bajada desde la colina donde está la iglesia hasta el barrio se llama Descenso Andriivsky y es como una suerte de Montmartre ucraniano donde tradicionalmente han vivido compositores, escritores, pintores, científicos... y sigue conservando ese aire bohemio con galerías de arte mezcladas con tiendas de turistas.


El Pechersk Lavra de Kiev


También se conoce como el Monasterio de las Cuevas. El inicio de su existencia se data en 1051 durante el reinado de Yaroslav el Sabio. Es el monasterio más antiguo de Ucrania y uno de los lugares santos de la religión ortodoxa oriental. En 1990 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con la Catedral de Santa Sofía. Los tártaros y los mongoles la tomaron con él y a partir del siglo XVII fue casi totalmente reconstruido. Fue lugar de peregrinación por ello en sus alrededores hay muchos monumentos barrocos. Es imprescindible visitar la torre del reloj y el conjunto de iglesias ortodoxas, pero lo que más visitantes atrae son las galerías subterráneas. Son dos laberintos de túneles, celdas, catacumbas, capillas, iglesias y nichos que sirven de sepultura a monjes momificados.


Catedral de Santa Sofía


Esta catedral de Santa Sofía se construyó en 1037 para rivalizar con la Hagia Sofía de Constantinopla. Además de seguirse el culto ortodoxo es donde se coronaban reyes, se hacían consejos de Estado y asambleas y fue la sede de la primera biblioteca del país. Su campanario tiene unos impresionantes 76 metros de altura y en su interior se pueden admirar mosaicos y frescos maravillosos.


Plaza de la Independencia (Maidan Nezalezhnosti)


Maidán Nezalézhnosti, la Plaza de la Independencia de Kiev está en el centro de la ciudad. Antes era conocida como la Plaza de la Revolución de Octubre, pero desde 1991, con la independencia de la URSS se le cambió el nombre. Ha sido a lo largo de su historia el escenario elegido para los acontecimientos, incluida la revolución naranja de 2004. Su estilo con el paso de los años es de lo más ecléctico, mezclando edificios de la antigua Unión Soviética con mansiones de la época neoclásica.


Museo de la Segunda Guerra Mundial y Estatua de la Madre Patria


A 62 metros de altura está el mirador en lo alto de esta imponente estatua de acero inoxidable con una expresión facial que no te deja indiferente. Con la base tiene una altura total de 102 metros y pesa 560 toneladas. En la mano derecha tiene una espada y en la izquierda sostiene un escudo con el emblema del Estado de la Unión Soviética. Bajo la misma está el museo de la Segunda Guerra Mundial, donde se exhiben placas de mármol con nombres de más de 11600 soldados y más de 200 trabajadores de la casa-frente honrada durante la guerra con el título de "Héroe de la Unión Soviética" y "Héroe del trabajo socialista"

Llena de controversia, sigue habiendo debates acerca de si debe de ser derribada y utilizar el material para fines funcionales. Sin contar con la de combustible que gasta la llama, que ya sólo se enciende en fechas importantes.


El subte, con la estación más profunda del mundo


El subte de Kiev tiene sólo tres líneas pero mucho que contar acerca de ellas. Fue el tercero que se inauguró en la antigua Unión Soviética, en 1960 y sus primeras estaciones están tan decoradas que recuerdan al interior de las iglesias ortodoxas. La estación de Arsenalda tiene el récord desde su inauguración en ese mismo año de ser la más profunda del mundo, construida a 105,50 metros bajo tierra. Adentrarse en ella es como hacer una suerte de viaje al centro de la tierra que dura más de cinco minutos desde la superficie hasta los andenes. No es de extrañar que muchos de sus usuarios habituales se sienten durante el recorrido o que los turistas que no sepan de su profundidad tengan vértigo.


Nos quedamos con estos siete pero también les queremos aconsejar otras cosas:
  • Pasear por la avenida Khreshchatyk, un bulevar con castaños a ambos lados, con tiendas, restaurantes, hoteles de lujo y una animación que te atrapa. Además los fines de semana se cierra al tráfico.
  • Vete a ver un espectáculo al Teatro de la Ópera.
  • Coge el Funicular que conecta el centro histórico con el barrio del Podil.
  • Haz una escapada a la isla de Venetsianskyi (o Hidroparque) accesible en metro o en coche, e incluye un parque de diversiones, playas de piscinas, alquiler de botes y clubes nocturnos.
  • Una visita al Mercado Besarabski, uno de los mercados de agricultores más importantes de la ciudad en el que todo está ordenado con pulcritud. Cada barrio tiene el suyo y los dueños de los puestos anuncian su producto a voces.
  • En primavera no se puede dejar de visitar los Jardines Botánicos Nacionales N. Gryshko, en plena floración con el aire lleno del fragante aroma de las flores.
  • Y por supuesto, el Estadio Olímpico, que ahora mañana verá un nuevo campeón de Champions y en un par de meses acogerá partidos del Mundial.


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