viernes, 18 de mayo de 2018

BOSCH


Si te pensabas que las motos llevaban ya mucha tecnología y que los controles de tracción, ABS en curva, modos de conducción o anti-wheelie eran poco menos que brujería, aún te queda mucho por ver.

Bosch es una de las compañías a la que más avances en seguridad de nuestras motos le debemos y precisamente ellos están trabajando en algo venido directamente desde las películas de ciencia ficción: estabilización mediante propulsores de gas laterales. ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? Mira el video, porque va en serio.

Un dispositivo industrial que puede salvar vidas en moto


Imagina que vas trazando una curva a una velocidad normal, tranquila, sin tocar frenos ni acelerador y de pronto, ¡zas!, un charco de agua (o suciedad, o cualquier otra reducción imprevista de la adherencia). Inmediatamente la rueda delantera perdería agarre provocando un lowside y su consiguiente arrastrón.

Para evitar esas situaciones en las que no podemos hacer nada si no nos percatamos del peligro o no tenemos tiempo para reaccionar, Bosch está desarrollando un nuevo sistema que parece salido de un hangar de la NASA para desafiar a la física encargada de llevarnos directamente contra el asfalto.


Pérdida de agarre en condiciones normales, sin asistencia de los propulsores laterales
Dejando al margen los aparatosos estabilizadores laterales con ruedas que básicamente son para evitar la caída del piloto, el nuevo dispositivo detectaría una pérdida de adherencia súbita en el tren delantero basándose posiblemente en el sistema de plataforma de medición inercial IMU que ya equipan muchas motos modernas.

Habiendo perdido la capacidad de agarre en la rueda anterior por falta de fricción y detecta un desplazamiento lateral, el sistema dispara una descarga de gas comprimido en dirección opuesta al deslizamiento, neutralizando gran parte de la fuerza centrífuga y permitiendo que la rueda delantera pueda volver a agarrarse al asfalto.


El dispositivo está alojado en la parte delantera del motor, justo donde iría la quilla, para empujar la moto hacia el interior de la curva.
En este caso nos encontramos ante un sistema que está en la fase inicial de desarrollo, por lo que suponemos su mayor reto será calcular la cantidad exacta de fuerza necesaria que se requiere para recuperar la estabilidad y aplicarla de manera efectiva. Ni quedarse cortos y acabar cayendo, ni comprometer el control de la moto por excederse de potencia.

Aparte del escueto video, por lo demás no tenemos información al respecto de los planes de Bosch para trasladarlo a modelos de producción, pero como siempre en materia de seguridad, cualquier innovación que salve vidas es bien recibida.



Publicado bajo licencia Creative Commons.

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