Esto ha afectado de lleno al Ford Focus Electric, modelo con unas ventas globales anecdóticas hasta el momento, cuya presencia en la oferta de Ford solo puede justificarse por los requisitos de emisiones que se imponen a los fabricantes. Si nos centramos en el mercado europeo, la introducción del modelo no ha dejado de ser un auténtico fracaso, con 131 unidades matriculadas en dos años en todo el continente. Así pues, no es de extrañar la última decisión de Ford, que no ha sido otra que defenestrar la producción en Europa del eléctrico.
Y es que, por poner un ejemplo trivial, se venden más coches con pila de combustible de hidrógeno en California que unidades del Ford Focus Electric en Europa.
Como decimos, los motivos de esas minúsculas ventas hay que encontrarlo en el poco cariño que han demostrado en Ford por su vástago 100% eléctrico. Podemos contarles que, hasta este mismo año, la capacidad de recarga tope que permitía el modelo era de 32 A a unos 6,6 kW de potencia, muy alejada de la necesaria recarga rápida.
Del mismo modo, y sin ya entrar en detalles más profundos del modelo (como autonomía o escaso maletero), en Ford no han venido cuidándose de la competencia, manteniendo el precio original del Focus Eléctrico al mismo tiempo que otros modelos 100% eléctricos han ido ofreciendo más y más rebajas.
Todo esto ha terminado por sentenciar la producción del vehículo en la planta alemana de Saarlouis, después de casi cuatro años de trabajo. Eso sí, Ford seguirá ofreciendo el modelo ya actualizado en Europa con batería de 33,4 kWh, pero vendrá originalmente de Estados Unidos. Actualización que, por cierto, le ha permitido un gran avance en las ventas en las últimas semanas en EEUU
En Ford justifican la decisión como un paso adelante para apostar por los híbridos enchufables y las furgonetas eléctricas, y esperar a que "el mercado madure" con la vista puesta en su plan de 13 vehículos eléctricos en 2020.
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