Pues parece que la policía holandesa se precipitó un poco y hoy lo están admitiendo: entrenar águilas para derribar drones es costoso, inútil y no resultó como se esperaba. Por lo anterior han decidido cerrar el programa que fue anunciado con bombo y platillo a inicios de 2016.
Después de un año de operación y la adquisición de cuatro águilas marinas, la policía holandesa trasladará a la aves a un refugio en lo que encuentran un nuevo hogar, ya que al final el entrenamiento resultó ser extremadamente complicado, tanto así que las águilas no obedecían las órdenes y además, no había tantos drones para cazar.
Al final nadie pensó que fuera una buena idea
Desde que se dio a conocer el proyecto, la mayoría de las voces estaban en contra al tratarse de un riesgo para el ave, además de que no había pruebas de que el entrenamiento propuesto funcionara de forma correcta. Hoy nos damos cuenta que los detractores tenían razón.
Los principales problemas a los que se enfrentó la policía holandesa, además de la desobediencia, fueron los elevados costes de crianza y entrenamiento, lo cual representaba casi el 40% del total del presupuesto anual del departamento de policía.
Desde un inicio se sabía que los costes serían elevados, ya que se necesitaba contratar gente especializada para el cuidado de las águilas y una zona donde pudieran vivir, además de los entrenadores y las pruebas en campo. A pesar de esto, Holanda creyó que sería un costo menor ante la amenaza que significaba tener drones terroristas o espías, algo que al final tampoco terminó de popularizarse para ser considerada una amenaza.
Lo curioso de esto es que Holanda no fue el único país en apostar por las águilas caza drones, ya que también Reino Unido, Australia y Estados Unidos contrataron entrenadores para combatir la "creciente amenaza de los drones". A día de hoy se desconoce el estatus de cada uno de estos programas, salvo ahora mismo el caso de Holanda.
Pero las águilas no eran el único animal entrenado para tareas policíacas, ya que hoy también se está dando a conocer que la misma policía holandesa estaba entrenando ratas para olfatear cigarrillos falsos, restos humanos y fuegos artificiales ilegales. Pues este programa tampoco funcionó y por ello han decidido cerrarlo antes de hacerlo público.
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