La carrera por la implantación de coche eléctrico ha empezado. Hace poco India anunció que iba a estudiar cómo impulsar el cambio. Ahora mismo, Países Bajos y Noruega están en plenas negociaciones de cara a prohibir la venta de coches no eléctricos a partir de 2025. E incluso Formentera quiere ser la primera isla de Europa sólo con coches eléctricos.
Pero en este caso, según informa Bloomberg, ha sido un alto cargo del Gobierno alemán el que ha anunciado que se está estudiando muy en serio la obligatoriedad de que todos los coches que se vendan a partir de 2030 sean eléctricos.
La única forma de cumplir los objetivos climáticos de 2050
"El compromiso de Alemania de cortar las emisiones de CO2 entre un 80 y un 95 por ciento para 2050 es inalcanzable a menos que el país reduzca radicalmente la polución producida por el transporte", dijo el Secretario de Estado de Energía alemán, Rainer Baake en un foro sobre el cambio climático en Berlín. Y no es algo sencillo porque "el hecho es que no ha habido una reducción significativa de las emisiones de CO2 en el transporte desde 1990".
La medida no afectará a todos los vehículos porque como explicó "no tenemos ninguna forma de recortar las emisiones de camiones". Sí las hay para recortar las emisiones de los automóviles, aunque se necesitan políticas más radicales. Este mismo abril, el gobierno de Ángela Merkel anunció un programa de estímulo del coche eléctrico de mil millones de euros. Una iniciativa seria, pero insuficiente porque según las propias estimaciones del Ministerio de Medioambiente este programa no podría, por sí solo, conseguir los objetivos marcados para 2050.
Por eso, el gobierno tiene ya sobre la mesa la prohibición de venta de coches no eléctricos en 2030. "Esa es la fecha tope para que, teniendo en cuenta que los coches tienen una vida útil de unos 20 años, lleguemos en óptimas condiciones a 2050", dijo Baaker. La implantación del coche eléctrico parece un proceso sin vuelta atrás.
La medida no afectará a todos los vehículos porque como explicó "no tenemos ninguna forma de recortar las emisiones de camiones". Sí las hay para recortar las emisiones de los automóviles, aunque se necesitan políticas más radicales. Este mismo abril, el gobierno de Ángela Merkel anunció un programa de estímulo del coche eléctrico de mil millones de euros. Una iniciativa seria, pero insuficiente porque según las propias estimaciones del Ministerio de Medioambiente este programa no podría, por sí solo, conseguir los objetivos marcados para 2050.
Por eso, el gobierno tiene ya sobre la mesa la prohibición de venta de coches no eléctricos en 2030. "Esa es la fecha tope para que, teniendo en cuenta que los coches tienen una vida útil de unos 20 años, lleguemos en óptimas condiciones a 2050", dijo Baaker. La implantación del coche eléctrico parece un proceso sin vuelta atrás.
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