El trastorno del espectro autista (TEA) está estrechamente vinculado a los genes, y un nuevo estudio realizado por científicos de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai de Nueva York sugiere que el 83% de los casos de autismo son heredados.
Los investigadores reanalizaron un estudio longitudinal sueco con más de 2.6 millones de pares de hermanos, 37.570 parejas de gemelos y un millón de parejas de hermanos.
Genes autistas
Según explican los investigadores en la revista Journal of the American Medical Association, que es donde acaban de publicar el estudio científico:
Al igual que anteriores estudios de gemelos, los factores ambientales compartidos contribuyeron mínimamente al riesgo de autismo.
En la mayoría de países del mundo, se ha detectado un desorbitado crecimiento de casos de autismo. En sólo los últimos treinta años, el autismo se ha multiplicado por 10: de 4 de cada 10.000 niños en los años 1970 a 40 de cada 10.000 actualmente en Estados Unidos. Este incremento en la incidencia del autismo ha sido referido por estudios epidemiológicos de Hertz-Picciotto y Delwiche en Epidemiology y Judith K. Grether y otros en Journal of Autism and Developmental Disorders.
Parte de este incremento de autismo, naturalmente, debe achacarse a las mejoras en el diagnóstico y a la postura de la medicina, pero el crecimiento es tan desaforado que suscita toda clase de teorías controvertidas.
La herencia genética es una de ellas. Porque esta teoría, a pesar de todo, no es definitiva. Entre otras cosas, porque es complicado encontrar un tamaño de muestra lo suficientemente grande como para realizar predicciones precisas. Además, afecta sólo a 1 de cada 189 niñas, mientras que en los varones hay mayor incidencia: 1 de cada 42 niños.
El autismo parece tener un origen complejo, donde los genes juegan un papel importante, pero que aún debemos precisar cuán importante es: la interacción social y el ambiente no pueden descartarse sin más.
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