Los mitos en los que a la alimentación se refiere están por todas partes y a veces es complicado saber qué es verdad y qué es mentira. Podemos encontrar mitos sobre los huevos y el colesterol, incluso mitos increíbles sobre el agua, pero si hay un alimento - o comestible más bien - que esté rodeado de mitos, ese es el chicle.
¿Quién no ha escuchado alguna vez el mito de que comer chicle nos puede ayudar a adelgazar porque quita el hambre? ¿O el de que se queda pegado en el estómago si nos lo tragamos? Por ello, hemos reunido algunos de los mitos más repetidos e increíbles sobre el chicle y hemos intentado comprobar cuánto hay de cierto en el mito.
El chicle te ayuda a reducir la ansiedad
Un investigación realizada en 2011 encontró que masticar chicle de manera regular parecía reducir los niveles de ansiedad, mejorar el humor y sentirse menos agotado mentalmente. La realidad es que esta investigación se llevó a cabo en una muestra muy pequeña - tan solo 50 participantes - por lo que los resultados habría que tomarlos con cuidado.
Sin embargo, no es el único estudio que encuentra relación entre mascar chicle y una reducción del estrés. En 2009 otro estudio encontró que parecía haber una relación entre la masticación de chicle y la autopercepción de reducción del estrés. Otros dos estudios más en los últimos años han encontrado esta misma relación entre la masticación de chicle y la reducción del estrés percibido. Ambos estudios tenían muestras muy pequeñas, pero los resultados se repiten de estudio a estudio.
En cualquier caso, este tipo de técnica para reducir el estrés solo nos ayudará a reducirlo en el momento concreto, pero no a dar solución al problema. Por ello, como técnica para un momento puntual de estrés o ansiedad puede resultar efectivo, pero no como método a largo plazo.
El chicle quita el hambre
Pues la verdad es que no queda muy claro y las investigaciones realizadas al respecto no se ponen de acuerdo. Algunas investigaciones encuentran que masticar chicle sin azúcar durante al menos 45 minutos parece tener efecto en reducir nuestra sensación de hambre, nuestros antojos y en sentirnos más llenos, reduciendo así la ingesta de calorías.
Sin embargo, otras investigaciones encuentran que aunque las personas que mastican chicle de manera habitual hacen menos comidas, lo que hacen es consumir más en las que sí hacen por lo que no se observaba diferencia en el consumo de calorías totales. Además, encuentran que quienes mastican chicle a menudo suelen consumir menos frutas y verduras.
La realidad es que, igual que en el caso de la ansiedad, las muestras de las investigaciones son muy pequeñas. Además, en este caso los resultados se contradicen por lo que es difícil confirmar o desmentir que el chicle quite el hambre. En cualquier caso, masticar chicle no nos ofrece ningún tipo de nutriente por lo que no es recomendable si lo estamos masticando en sustitución de alimentos saludables que nos aporten nutrientes necesarios para nuestro organismo.
Los chicles sin azúcar provocan diarrea o descomposición
Este tipo de edulcorantes pueden tener un efecto laxante en nuestro organismo ya que se absorben de manera lenta e incompleta en el intestino. Esto puede acabar en una descomposición indeseada que, además, provoque que perdamos nutrientes necesarios para nuestro cuerpo. Por ello, aunque no tengan azúcar, debemos tener cuidado con su consumo.
Masticar chicle produce gases
Y es que, en este caso - igual que en el de la diarrea - este mito tiene mucho más de verdad que de mito. La masticación del chicle puede provocar que traguemos más aire del habitual. Esto, unido al efecto del sorbitol, puede acabar produciendo un exceso de gases de lo más desagradable.
El chicle se puede quedar pegado en nuestro estómago si nos lo tragamos
Por muy pegajosos y difíciles de digerir que sean, los chicles acaban encontrando eventualmente - en uno o dos días - el camino de salida de nuestro cuerpo. Es decir, aunque no podamos digerirlo, lo acabamos expulsando vía rectal.
El único problema que podemos encontrar es si decimos tragar enormes cantidades de chicle. En ese caso, es posible que se acabe formando una masa en nuestro estómago o intestino. En cualquier caso, de ser así, seríamos avisados por un grave estreñimiento.
En definitiva, masticar chicle no es nuestra mejor opción para adelgazar y un consumo excesivo puede acarrear algunos problemas, pero si estamos ansiosos o estresados puede ser un buen remedio para relajarnos, con la ventaja de que no tenemos que preocuparnos porque se nos quede pegado al estómago durante años.
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