En Telegram han decidido que la privacidad tiene un límite, y han decidido empezar a colaborar con la justicia para perseguir a los terroristas que usen su aplicación. Así lo han hecho saber actualizado su política de privacidad, donde ahora recoger la posibilidad de compartir los datos de los usuarios sospechosos de terrorismo cuando haya una decisión judicial de por medio.
Esta nueva posibilidad ha sido añadida como un nuevo punto en lo relativo a con quién pueden compartir nuestros datos dentro de sus políticas. En él se explica que los datos revelados serán el número de teléfono y la dirección IP de los sospechosos, y que cuando cumplan con estas solicitudes lo incluirán en sus informes públicos semestrales de transparencia.
"Si Telegram recibe una orden judicial que confirma que usted es un sospechoso de terrorismo, podemos divulgar su dirección IP y número de teléfono a las autoridades pertinentes", leemos en el punto 8.3 relacionado a compartir datos con las autoridades policiales. "Hasta ahora, esto nunca ha sucedido. Cuando lo haga, lo incluiremos en un informe semestral de transparencia publicado en: https://t.me/transparency".
Con este movimiento, el propio Durov asegura que intentarán hacer su aplicación menos atractiva para los terroristas. Y de paso, aunque esto no lo diga, también ayudará a limpiar un poco la imagen de una aplicación que lleva años siendo señalada por no compartir con la justicia los datos personales de sus usuarios.
Un estudio aseguró en 2015 que los terroristas del ISIS solían utilizar Telegram, y pese a la sorpresa inicial en la aplicación se pusieron a tomarse más en serio esta responsabilidad eliminando mensajes relacionados con la propaganda yihadista baneando palabras, y persiguiendo y cerrando decenas de canales en los que se hicieran este tipo de propagandas.
Sin embargo parece que esto no ha sido suficiente para quitar la sombra de la sospecha de la aplicación, por lo que han decidido empezar a colaborar bajo determinados términos que cumplen con las nuevas leyes europeas de protección de datos. Telegram seguirá sin ofrecer claves de cifrado, pero por lo menos empezará a dar datos de usuario cuando un juez lo pida.
Esto no acabará con sus problemas en Rusia
La primera es que Rusia no quiere los datos personales de los terroristas, sino saltarse el cifrado de la aplicación. Esto les daría el poder de acceder a los mensajes de todos los usuarios de Telegram sean sospechosos o no, algo que el propio Durov sigue insistiendo en no permitir. Por lo tanto, la decisión que ha tomado de colaborar con la justicia nada tiene que ver con lo que se le está pidiendo en Rusia.
Y la segunda razón es que Telegram sigue "fuera de la ley" en Rusia, y que todos los días se siguen bloqueando cientos de direcciones IP para intentar impedir el acceso al servicio. Por eso, Durov no considera que los servicios rusos vayan a hablar con ellos para cambiar la situación, ya que asegura que continuarán con su resistencia.
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