jueves, 9 de agosto de 2018

LA CASA DE JUPITER


Pocos lugares hay en el mundo tan fascinantes como Pompeya. Poder observar las maravillas de la construcción del hombre, la existencia de un pueblo y cómo la naturaleza se encargó de sepultarlo en unas trágicas horas. Visitarla es algo que todo el mundo debería hacer una vez en la vida, con respeto y ganas de aprender y además ahora hay un motivo más, porque la Casa de Júpiter emerge majestuosa de entre las cenizas.

Pompeya es un lugar en eterna restauración, con excavaciones continuas para conseguir liberar la vida que existía allí y que el Vesubio en una trágica noche se encargó de sepultar. Restos de vida, comidas, incluso carteles de unas elecciones nos enseñan mucho de la vida en aquel lugar y ahora toda una casa dedicada a Júpiter aparece casi intacta tras siglos enterrada.


El 24 de agosto de 79 dC el Vesubio se encargó de sepultar a la antigua y próspera Pompeya y de matar a muchos de sus habitantes. Durante siglos las casas y las personas permanecieron bajo toneladas de cenizas solidificadas y poco a poco han ido recuperándose con excavaciones arqueológicas que no dejan de sorprendernos. Las nuevas tecnologías y los trabajos cuidadosos de técnicos y obreros hacen que ahora salga a la luz la Casa de Júpiter, dedicada al "rey" del panteón romano y que conserva unos preciosos y muy cuidados frescos del primer estilo de la ciudad, con inspiración en la época helenística.


El palacio ya había tenido excavaciones parciales en los siglos XVIII y XIX que incluso comprometieron su estabilidad en algunos lugares con túneles y zanjas todavía visibles y que datan de los trabajos de la era Borbón. El nombre de la casa lo recibe de una pequeña pintura que muestra a Júpiter y que se descubrió en el siglo XIX en el laraium del jardín.

La intervención actual va mostrando poco a poco la planta de una vivienda con un atrio central, rodeado de habitaciones decoradas y con una entrada a lo largo de un callejón con balcones y una columnata que lleva a otras tres habitaciones. Se cree que la construyeron casi un siglo antes de la erupción por lo que era un auténtico tesoro clásico de su dueño: Marco Nonio Balbo. Era un comprometido con el arte y la cultura, también en Herculano.


Las habitaciones alrededor del atrio tienen una riquísima decoración del denominado Primer Estilo, con cuadros de estuco que imitan al mármol pintado con colores muy vivos (rojo, negro, amarillo y verde), así como un decorado marco de estuco con moldura dentada que se ha conservado intacto en muchas secciones de la parte alta. Probablemente el atrio estaba completado con un friso de estuco dórico con terminaciones rojas y azules ya que se han encontrado fragmentos.


También se ha encontrado una preciosa pintura sacro-idílica que representa una escena de un sacrificio en un santuario en una habitación no muy lejos de la Casa de Júpiter. La pintura revela una de las primeras escenas figurativas de cierta complejidad así como otra pintura de un Adonis herido junto a Venus y Cupidos en otra habitación cercana.

Por supuesto, aún no se puede visitar nada de esto, pero el que vayan saliendo a la luz nuevos descubrimientos nos abre un mundo de posibilidades de seguir aprendiendo de la vida en el golfo de Nápoles. La conservación es tan excepcional gracias a las cenizas, que a pesar de los incendios provocados, preservaron todo a la perfección. Todo esto está en lo que se llama el sector Regio V una zona en la que está emergiendo un mundo nuevo frente a las brochas y las palas de arqueólogos y excavadores.

Vía e Imágenes | Pompeii Sites



Publicado bajo licencia Creative Commons.

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