miércoles, 9 de mayo de 2018

TOALLITAS HUMEDAS DESCARTABLES


Cuando el bebé llega a casa, podría decirse que viene con un paquete de toallitas húmedas debajo del brazo. Para muchos padres este producto se convierte en un básico en la cesta de la compra que perdura hasta mucho tiempo después de que su bebé haya dejado los pañales porque se usan prácticamente para todo.

El problema es el enorme impacto ambiental que supone tirar estas toallitas desechables, y no solo a través del váter, las que tiramos a la basura también contaminan. Por eso el gobierno británico se ha propuesto prohibir su uso de aquí a 25 años... y los padres han enloquecido.


No sin mis toallitas

El Departamento de Medio Ambiente del gobierno británico (Defra) ha decidido incluir las toallitas desdechables dentro del apartado de "desperdicios plásticos evitables" e incluir su eliminación progresiva en su plan medioambiental para los próximos 25 años. Las reacciones de los padres que no se imaginan un mundo sin toallitas no se han hecho esperar.

"Nunca pensé que podría enfadarme tanto por querer prohibir las toallitas húmedas en el Reino Unido", escribió un usuario en Twitter. "¿Que se van a convertir en pañuelos de papel? Amigo, ¿has intentado limpiar el culo de un bebé con un pañuelo?", comentó otro padre indignado en Facebook, y otro más añadía: "Como padre puedo decirte que es una idea horrible. Las toallitas húmedas son literalmente el regalo de Dios al mundo, sirven para todo".


Un básico difícil de sustituir

Aunque quizás sea exagerado decir que son un regalo de los dioses, lo cierto es que las toallitas húmedas son un básico para los padres de niños pequeños en casa y, sobre todo, cuando salimos a la calle.

Y es que las toallitas no sólo valen para limpiar a los bebés. Tienen mil y un usos, como quitar manchas en la ropa, en el sofá, en paredes o alfombras, limpiar o eliminar el pelo de las mascotas... Con ellas puedes limpiar juguetes, zapatos y hasta darle una pasadilla rápida al baño si aparece una visita inesperada.

En la calle, para qué vamos a contar. Situaciones como comerse una banana en el parque o cambiar a un bebé en un restaurante pueden convertirse en una auténtica pesadilla si no tienes una toallita a mano.


Grave problema medioambiental

El uso generalizado de toallitas húmedas (no sólo para uso infantil) ha creado un enorme problema medioambiental en todo el mundo, sobre todo si las tiramos por el inodoro, ya que colapsan el sistema de alcantarillado y contaminan el mar, incluso las que se publicitan diciendo que son biodegradables, según un estudio de la OCU.

Según este mismo informe, tampoco se acaba el problema si las tiramos a la basura:


Ninguna de las toallitas testadas se degrada más del 5 % después de dos meses de su utilización, cuando debería de hacerlo en un 60 % para considerarse biodegradable. Esta situación se debe a que, además de celulosa, estos productos contienen fibras sintéticas y sustancias que impregnan el tejido (conservantes, surfactantes, hidratantes...) que impiden su descomposición. El resultado se traduce en un verdadero atentado contra el medio ambiente, ya que se ha demostrado que las toallitas pasan al agua residual y acaban contaminando los ecosistemas con microplásticos.


Problemas en la piel


Además, algunos estudios vinculan el uso de toallitas con problemas de dermatitis en bebés y son muchas las mamás que sólo las usan en situaciones puntuales y, en casa, recurren al clásico agua+jabón para la higiene de su bebé.

Sin embargo, para ser sinceros, son pocos los papás que prescindirían totalmente del uso de este producto tan socorrido sin montar en cólera, como les ha ocurrido a los papás británicos. Ahí va la pregunta a las empresas que fabrican toallitas: ¿para cuándo unas toallitas respetuosas con el medio ambiente?

Vía Independent


Publicado bajo licencia Creative Commons.

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