miércoles, 4 de julio de 2018

FRANCIA


El Gobierno francés quiere reducir las muertes en sus carreteras rebajando la velocidad. Así, ante un país dividido, este domingo 1 de julio ha entrado en vigor el nuevo límite de velocidad, que rebaja de 90 km/h a 80 km/h la velocidad en las carreteras nacionales y regionales de doble sentido sin separador central, que concentran la mitad de los accidentes mortales de tráfico en Francia.


Las carreteras secundarias, siempre las más mortales

La medida afecta a más de 400.000 km de vías secundarias de doble sentido sin separación física. El Gobierno se aferra a las altas cifras de mortalidad para llevar a cabo esta medida, con la que quiere salvar entre 350 y 400 vidas y evitar hasta 5.000 heridos graves, según el primer ministro Édouard Philippe.


Esta medida fue anunciada en enero ante la oposición hasta de miembros del Gobierno de Macron, y ya se han empezado a instalar radares para hacer cumplir los nuevos límites. El resto de límites, sin embargo, se mantienen: 130 km/h en autopistas, con una reducción de 20 km/h en caso de lluvia; 110 km/h en autopista urbana y carretera con dos carriles separados por una mediana (100 km/h con lluvia) y 50 km/h en vías urbanas y siempre que la visibilidad se vea reducida a 50 m.


Países como Suecia, Irlanda, Países Bajos o Malta ya implementaron esta medida; en el caso de Dinamarca, se retiró por falta de efectividad tras ser aprobada. En España la velocidad máxima en vías secundarias de doble sentido es de 90 km/h. El año pasado murieron 1.200 personas -39 más que en 2016- de las cuales el 77 % perecieron en vías convencionales.


Se trata de una medida bastante impopular en Francia que ha divido a seguidores y detractores. Los que están a favor esgrimen el argumento de las altas cifras de fallecidos en las carreteras Francesas, primera causa de mortalidad en el país: en 2016 hubo nueve muertos y 65 heridos graves al día.

Los que están en contra, seis de cada 10 franceses según una encuesta, afirman que se trata de una medida que penalizará las zonas rurales y a las comunidades más pequeñas en una medida puramente recaudatoria.

Si bien es cierto que en caso de accidente las carreteras de doble sentido son potencialmente más peligrosas que una carretera con separación física entre los dos sentidos de circulación, esta medida es percibida como una puerta abierta a más recaudación.

Como recuerdan en Le Monde, la primera causa de accidente mortal en Francia es atribuida a la velocidad en un 31 % de los casos y al abuso de alcohol en el 20 % de los casos. Sin embargo, las infracciones por alcoholemia representan tan sólo el 1,5 % de las multas de 2016, mientras que los excesos de velocidad suponen el 81,4 % de las multas impuestas. El desequilibrio entre la represión de una y otra causa es flagrante.



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