La idea de usar el propio sistema inmune de los pacientes para luchar contra el cáncer no es nueva y, de hecho, este tipo de terapias están teniendo mucho éxito con determinados tipo de cáncer. Pero, hasta ahora, la necesidad de recurrir a técnicas de ingeniería genética las hacían largas y costosas. Esta nueva técnica,de confirmarse, podría ser un paso de gigante en la lucha contra el cáncer.
¿Una vacuna contra el cáncer?
Sí y no. Aunque estamos hablando de esta nueva técnica como 'vacuna' porque utiliza al propio sistema inmune para combatir la enfermedad, no es exactamente el mismo tipo de vacunas al que estamos acostumbrados. A diferencia de las vacunas normales, esta técnica está orientada a pacientes que ya tienen cáncer y no a aquellos que aún no lo tienen. El sistema inmune es nuestra principal baza contra cualquier tipo de enfermedad, pero en el caso del cáncer las células tumorales son tan parecidas a las células sanas que el sistema no es capaz de diferenciarlas adecuadamente.
Por eso, la idea básica consiste en 'bombardear' al sistema inmune del paciente con diminutos 'dardos' que contienen ARN específico de las células cancerígenas (concretamente, antígenos tumorales muy raros en células normales). De esta forma, se intenta 'programar' al sistema para identificar y atacar adecuadamente a las células cancerígenas. Aunque no es sencillo, porque el sistema inmune se resiste a atacar las células del propio cuerpo y, de hecho, los investigadores han 'comprobado' que la reacción inmunológica sólo es potente cuando el antígeno usado es muy raro; los estudios preliminares indican que se ha conseguido.
Una nueva forma de combatir el cáncer
La clave de la nueva técnica está precisamente en la 'universalidad'. En teoría, modificando el ARN de los dardos, la técnica podría ser utilizada para atacar a cualquier tipo de cáncer. "Como en el caso de las vacunas, su fabricación es rápida y barata; y virtualmente cualquier antígeno tumoral puede utilizarse para desarrollarla" explicaba Ugur Sahin profesor de la Universidad Johannes Gutenberg en Alemania y director del equipo.
"Este enfoque inmunoterapeútico basado en nanopartículas de ARN podría convertirse en toda una nueva clase de vacunas contra el cáncer", comentan en Nature. Y bien puede ser así. Aunque, como es lógico, hemos de ser extremadamente prudentes. No sólo porque los modelos animales no siempre funcionan bien, sino porque además, esta nueva técnica ha sido probada sólo en tres pacientes y necesitaremos muchos más ensayos clínicos para evaluar su efectividad (y sus posibilidades clínicas reales). Pero más allá de esto, nuestros avances en el conocimiento del cáncer son, ya de por sí, una excelente noticia.
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