Volkswagen ha puesto fecha al anuncio que el jefe de I+D de la marca alemana, Frank Welsch, hizo en marzo: el Volkswagen Beetle dejará de fabricarse en 2019. Así se ha confirmado a través de un comunicado, anunciando que habrá homenaje de despedida -en Estados Unidos- en forma de dos ediciones especiales en carrocería coupé y descapotable con el Volkswagen Beetle Final Edition 2019.
Un final abierto tras casi siete décadas
"La pérdida del escarabajo después de tres generaciones, durante casi siete décadas, evocará una gran cantidad de emociones de los muchos devotos fanáticos del Beetle", ha dicho el presidente y CEO de Volkswagen Group of America, Hinrich J. Woebcken. Según Autodata, Volkswagen vendió poco más de 15.000 unidades del Beetle en 2017.
Así, la edición especial de este clásico estará disponible en dos acabados: Final Edition SE y Final Edition SEL.
Los modelos SEL están equipados con faros Bi-Xenon con luces diurnas LED y luces traseras LED y faros antiniebla. En la parte posterior, todos los modelos de esta edición especial reemplazan la típica insignia 'Turbo' en el portón trasero con una insignia 'Beetle'.
Están equipados además con acceso sin llave estándar con botón de encendido, volante multifunción forrado en piel con clip exclusivo Beetle, tapas de pedales de acero inoxidable y climatizador automático Climatronic. Los modelos SE cuentan con asientos de rombo con patrón de tela y cuero, mientras que los modelos SEL ofrecen superficies de asiento de cuero con costura de diamante estándar.
Todos los modelos Beetle 2019, tanto convertibles como coupé, cuentan con un motor TSI de 2.0 litros de 174 CV y una transmisión automática de seis velocidades.
El fabricante alemán también ha revelado los precios: la carrocería coupé arranca en 23.045 dólares mientras que el descapotable parte de los 27.295 dólares.
Es el adiós, puede que no definitivo, a un coche que nació en la Alemania nazi como proyecto social y como proyecto militar de motorización masiva. Llegaría a los Estados Unidos 11 años después, donde se convirtió en un símbolo de transporte muy arraigado al movimiento hippie. El resto es historia.
Es el adiós, puede que no definitivo, a un coche que nació en la Alemania nazi como proyecto social y como proyecto militar de motorización masiva. Llegaría a los Estados Unidos 11 años después, donde se convirtió en un símbolo de transporte muy arraigado al movimiento hippie. El resto es historia.
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