jueves, 29 de diciembre de 2016

ASH VS EVIL DEAD


Todavía recuerdamos el entusiasmo que nos provocó el primer episodio de ‘Ash vs Evil Dead’. No es que inventara nada, pero cumplía muy bien con su objetivo de darnos un efectivo pasatiempo gore que además ampliaba el universo creado por Sam Raimi hace ya 35 años en ‘Evil Dead: Diabólico’ y que luego siguió adelante con ‘Evil Dead 2: Noche Alucinante’ y ‘Evil Dead 3: El ejército de las tinieblas’.

El resto de capítulos de la primera temporada seguía siendo lo que prometía, pero daba la sensación de estar algo lejos de ser todo lo entretenida que podía llegar a ser. Eso se mantuvo con el comienzo de la segunda, pero la cosa fue cambiando con el paso de los episodios hasta ofrecernos un estupendo tramo final que la confirma como una de las series más divertidas aún en emisión.

Plantando las semillas


Estaba claro que el “final feliz” de la primera temporada iba a durar muy poco, aunque fuera simplemente porque la serie perdería todo sentido dejando a los protagonistas estancados de esa manera. Pronto se destapa el pastel y los primeros episodios estuvieron dedicados a establecer la nueva amenaza y a hacer una serie de descubrimientos -los nuevos poderes de Pablo, la identidad del villano, etc.- que iban perfilando todo para lo que estaba por venir.

Durante esa primera mitad de la segunda temporada, ‘Ash vs Evil Dead’ no llegaba a hacer nada realmente mal y además nos seguía regalando varios momentazos sin traicionarse nunca a sí misma, pero predominaba la sensación de pasatiempo de usar y tirar. Nunca de estar estirando la historia para poder llegar a 10 episodios, pero sí que faltaba esa chispa que convirtiese su visionado en algo memorable.

Una excelente segunda mitad de temporada


Eso cambió en el segundo tramo, en especial a partir del séptimo episodio, donde primero coquetearon con la misma idea explorada en su momento por ‘Buffy’ en el excelente capítulo ‘Normal Again’, pero estaba claro que la cosa no se iba a quedar ahí y pronto llegó el desenfreno. Personalmente disfrutamos sobremanera con la marioneta de Ash, que combinaba el encanto de su diseño con una actitud que cuadraba perfectamente con la del protagonista de la serie.

Además, los responsables de ‘Ash vs Evil Dead’ tampoco quisieron alargarlo en exceso y echaron toda la carne en el asador, desde el patetismo propio de algunos elementos de la situación hasta la violencia y el humor característicos de la serie. Todo se alineó exactamente al mismo tiempo para nuestro disfrute personal, pero también para hacer avanzar la historia.


¿Cómo podía mantener ese nivel o aspirar a ir a más para intentar despedirse por todo lo grande? Pues volviendo al principio en una arriesgada maniobra que podría haber salido muy mal -no son pocas las sagas que la han pifiado de mala manera al querer cambiar sus cimientos sobre la marcha-. Afortunadamente, no fue el caso, ya que ese loco viaje al pasado dio pie a un estupendo final de temporada.

Por un lado, tuvimos la inevitable pelea de egos entre Baal y Ash, pero la serie había hecho crecer de forma muy afortunada al resto de personajes para que el interés del último episodio fuera mucho más allá de eso. El epílogo ya fue la guinda perfecta para que el singular humor de la serie le permitiera despedirse por la puerta grande.


No será una obra maestra o una serie imprescindible, pero en su segunda temporada sí ha demostrado que es una obra muy a tener en cuenta si quieren divertirse y les gusta su inevitable tendencia al exceso. Si se han quedado con ganas de mas, ya han confirmado que habrá tercera temporada.



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