Juego de tronos
La primera temporada de ‘Juego de Tronos’ en la que se adelantaban casi por completo al material original ha cumplido con creces. Las numerosas líneas de trama abiertas protagonizadas por la el amplio elenco de la serie por fin empiezan a confluir, y se ha notado por en la gran cantidad de momentos álgidos y memorables de estos diez episodios. Ya sólo por la épica batalla de los bastardos merece su puesto en lo mejor del año.
Stranger things
El triunfo de este thriller de ciencia ficción y terror de aire ochentero ha sido global. Desde que Netflix la estrenase en su servicio en invierno no se ha hablado de otra cosa en meses. El gran valor de ‘Stranger Things’ es su habilidad para equilibrar todos sus elementos: el misterio, el suspense, el cine de aventuras ochentero protagonizado por niños, la ciencia ficción e incluso esa parcela tan John Hughes que acaba convertida en en una cinta de terror adolescente. Además, Eleven ha sido uno de los personajes revelación de la temporada.
The Americans
Este año lo recordaremos por ser aquel en el que los premios televisivos parece haberse dado cuenta de que ‘The Americans’ existe. La familia Jennings ha pasado una temporada aún más difícil que las anteriores: su secreto lo sabe demasiada gente. Pero qué divertido es ser partícipe de cómo el espionaje se ha convertido oficialmente en el negocio familiar.
The people vs OJ Simpson
Otro de los fenómenos del año. El conflicto racial con la policía es un tema que desgraciadamente no ha cambiado mucho tantos años después de aquel juicio, y la relevancia del circo que muestra esta miniserie se une a una estructura apasionante de los diferentes puntos de vista, las estrategias, etc. El reparto está fantástico, aunque Sarah Paulson está soberbia y protagoniza uno de los mejores capítulos del año, el centrado en su personaje Marcia Clarke.
Person of Interest
La temporada final de ‘Person of Interest’ nos ha mostrado el enfrentamiento último entre las máquinas en un conjunto que se podría haber beneficiado de más episodios. Al ser una temporada más corta y mantener la mezcla entre el procedimental conclusivo y la trama general, le ha faltado esa intensidad propia de las despedidas. Con todo, el desenlace ha sido la guinda perfecta para una serie extraordinaria que se ha despedido por la puerta de atrás.
American Crime
Resulta reconfortante encontrar algo tan personal, ambicioso y trascendente como ‘American Crime’. Y tan bien ejecutado. El manejo del punto de vista es loable. Existen tantas realidades como personas hay, y los guiones reflejan la visión de cada parte encontrando argumentos válidos o comprensibles para todos. ‘American crime’ presume además de uno de los trabajos de narrativa visual más estimulantes de la televisión actual.
Better Call Saul
Cuando se anunció este spin-off de ‘Breaking Bad’ pocos imaginaban lo que íbamos a encontrar en él. Jimmy se ha descubierto como un protagonista cuya complejidad moral nace de la resistencia que pone a la pérdida de su propia humanidad, a convertirse en el Saul del título. Esta lucha interna la hemos vivido este año junto a Kim, un personaje que ha ganado profundidad en esta segunda temporada. Y aquellos que esperaban algo más parecido al viaje de Walter White tienen en Mike un refugio.
The Crown
Esta producción de Netflix ha sido toda una sorpresa. Dejando a un lado el sobresaliente nivel de producción y recreación histórica, ‘The Crown’ es un relato histórico que se desenvuelve con soltura entre varios frentes. Con Isabel II como epicentro, la serie aborda sus capítulos combinando la política con el desarrollo y perfilamiento de sus personajes históricos, sin dejar atrás temas sociales, culturales, de religión o educación. Y siempre lo hace desde sus personajes, con mucha elegancia y poco cinismo. John Lithgow como Churchill es una de las interpretaciones del año.
Bojack Horseman
Y hablando de cinismo, ‘Bojack Horseman’ es el súmmum de la irreverencia, el sarcasmo y la burla. Con cada temporada, la vida de Bojack se vuelve más oscura, más deprimente. Sus personajes están más perdidos y el relato aprovecha lo bien que el espectador conoce ya a sus protagonistas para llevarles más allá y afrontar reflexiones vitales aún más profundas. Bojack es capaz de mostrarte una sátira del mundo del espectáculo tan brillante como cachonda en una secuencia y romperte el corazón en la siguiente. Y el episodio mudo bajo el mar es de lo más memorable del 2016.
Westworld
HBO ha logrado lo que necesitaba de ‘Westword’: conversación y relevancia. Ríos de tinta electrónica se han vertido entre teorías, halagos y preguntas hacia una serie que ha hecho del misterio su núcleo principal. Aunque en ocasiones se haya perdido en su propio puzzle, ha sido apasionante dejarse llevar por sus reflexiones sobre la creación y cómo esta define al hombre (o la consciencia y sus fundamentos si aparcamos la teología) y sobre la composición (literal en este caso) del ser humano. Aunque Dolores esté en el centro del laberinto, Thandie Newton ha sido toda una revelación.
Publicado
bajo licencia Creative Commons.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario