martes, 20 de diciembre de 2016

CARL SAGAN


Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Carl Sagan, el que posiblemente sea el divulgador científico más importante de la Historia. O si vamos un paso más allá, el mejor ejemplo de científico comprometido con la comunicación pública, el rigor científico y la responsabilidad social.

Pese a estas dos décadas, su figura no ha perdido actualidad y sigue formando parte de nuestras conversaciones sobre ciencia, tecnología y sociedad. Por eso, no queríamos dejar pasar el día sin dedicarle un pequeño homenaje a este astrofísico de Brooklyn que nos abrió las puertas del universo.


La feria de 1939


En 1939, se celebró en Nueva York una feria general de exposiciones. Se llamó "El Amanecer de un Nuevo Día" y permitía a los visitantes echar un vistazo al día del mañana. La Stark Expo de IronMan está inspirada directamente en este evento neoyorkino.

Sagan siempre hablaba de su visita a esta feria junto a sus padres como uno de los momentos fundamentales de su vida. Tenía 4 años, pero esa fascinación por las posibilidades de la tecnología y el futuro ya le acompañó el resto de su vida.



Crecer entre la ciencia y la ficción


Esa fascinación fue tomando forma poco a poco. Con seis o siete años visitó el Museo de Historia Natural y el Planetario Hayden. Aquellas visitas lo impactaron profundamente y, aunque sus padres no eran científicos, contribuyeron a alimentar esa curiosidad. Pero seguramente el momento clave de su vida fue descubrir la ciencia ficción dura: un espacio en el que convivían de forma natural la imaginación más exuberante y la ciencia más rigurosa.


El Sagan científico


Sagan fue conocido sobre todo por su papel como divulgador, pero en realidad se trataba de un científico muy respetado que trabajó en algunas de las mejores universidades de Estados Unidos como Harvard o Cornell (en cuya ciudad, Ithaca, está enterrado).

Sus trabajos incipientes contribuyeron a dar forma a lo que hoy denominamos ciencias planetarias. En parte gracias a sus contribuciones hoy entendemos la naturaleza de la atmósfera de Venus y las peculiaridades de la de Marte.

Además, es una buena demostración de cómo la ciencia básica puede tener un papel importante en la sociedad. Formó parte del equipo de investigadores que nos explicó las consecuencias económicas, sociales y medioambientales de una guerra nuclear.


Aunque la divulgación le tiraba mucho


Y rápidamente se convirtió en una figura pública con gran reconocimiento. Un buen ejemplo de esto es el documental que en 1973 hizo Orson Welles sobre la posibilidad de encontrar vida en otros planetas. En él, aparece Sagan hablando de uno de los temas que siempre le interesó.


La placa de Pioner


Hablamos mucho sobre los discos de las sondas Voyager, pero para encontrar su origen deberíamos remontarnos unos años atrás: a las placas de las sondas Pioner. La idea original de la placa fue de Eric Burgess, pero fue Sagan, entusiasmado por ella, el que convenció a la NASA y quien, en último término, las diseñó junto a Frank Drake y Linda Salzman Sagan.

No fueron los únicos mensajes a civilizaciones extraterrestres que ayudó a diseñar Sagan. Otro muy conocido es el Mensaje de Arecibo, la primera señal que mandamos con la idea de comunicarnos con otras civilizaciones, y los Discos de las Voyager, cuyo comité presidió.



El proyecto Viking


Como experto en ciencias planetarias, Sagan asesoró a la NASA y numerosos centros e instituciones para desarrollar proyectos espaciales. Especialmente emblemática es esta foto con una sonda del proyecto Viking: la primera misión que intentó buscar vida en el planeta rojo. Un planeta muy vinculado a él durante toda su vida.


Llega Cosmos


Si por algo ha sido recordado Sagan es por Cosmos. Escrita por el propio Sagan, Ann Druyan y Steven Soter, la serie comenzó a emitirse en 1980 en la Televisión Pública de Estados Unidos. Y desde ese momento no sólo se convirtió en el referente audiovisual de la divulgación científica, sino que animó a muchos niños y niñas a adentrarse en el mundo de la ciencia con la misma fascinación que la que sintió el propio Sagan en 1939.





Contact


Y no sólo de ciencia y divulgación vive el hombre. También, y como buen aficionado desde su juventud, Carl Sagan escribió ciencia ficción. Contact es su obra más conocida y también trata uno de sus temas favoritos: el contacto con extraterrestres. No sólo fue el séptimo libro más vendido de Estados Unidos en 1985, sino que la película se convirtió en un fenómeno social que motivó una gran controversia pública.


Un punto azul pálido


No se ve muy bien, pero es una de las fotografías espaciales más famosas de la Historia. Sagan animó a la NASA a sacarla cuando la sonda Voyager 1 se encontraba a una distancia de 6000 millones de kilómetros. No hay fotografía que refleje mejor la fragilidad de la Tierra en la infinitud del universo.


El asteroide 2709 Sagan


El (2709) Sagan es un asteroide del cinturón de asteroides descubierto por Edward L. G. Bowell el 21 de marzo de 1982. Inicialmente el asteroide que se sitúa a 2,195 unidades astronómicas y se llamó inicialmente "1982 FH". Más tarde, se decidió dedicarlo a Sagan. Por si hay alguna duda, la imagen no es una fotografía, sino un modelo en 3-D.


Sagan Memorial Station


Y, para acabar, el que quizá sea el homenaje más curioso. Sagan murió en 1996 poco antes de que el primer rover de la NASA llegara a la superficie de Marte. Por eso, la agencia espacial estadounidense decidió cambiarle el nombre y la zona de aterrizaje, por extensión, se conoce como "Carl Sagan Memorial Station". Si me hace ilusión viajar a Marte, es para poder construir, algún día, la placa que pueden ver aquí abajo. Sagan lo merecería.




Publicado bajo licencia Creative Commons.

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