La red eléctrica de Puerto Rico está hecha un desastre. Siete meses después del huracán María y de la devastación que provocó en el Caribe, sigue siendo un armatoste torpe e inestable. Ayer, sin ir más lejos, una excavadora derribó por accidente una línea de transmisión. Algo que conllevará un apagón de entre 24 y 36 horas.
La situación es entre frustrante y delirante. Puerto Rico ya arrastraba una crisis financiera galopante antes del huracán. De hecho, la compañía eléctrica acumulaba una deuda de 9.000 millones de dólares y utilizaba una infraestructura absurdamente anticuada. Eso cuando está en pie: el mes pasado aún había un 10% de la isla sin electricidad. Y entonces, Elon Musk.
Hacer una red eléctrica
La Autoridad de Energía Eléctrica puertorriqueña ha confirmado que Tesla le “ha presentado una propuesta para colaboración pública-privada para desarrollar un sistema de baterías a gran escala con el que estabilizar toda la res eléctrica de Puerto Rico”.
No deja de ser curioso que, en medio de este despropósito político, Puerto Rico se esté convirtiendo en un gran laboratorio energético del futuro. Curioso, pero no mucho más. El mejor ejemplo son Vieques y Culebra, dos islas entre Cabezas de San Juan y las Islas Vírgenes norteamericanas. Tesla ayudó a recuperar el suministro, pero hace dos días la AAE estaba buscando soluciones estables para el problema del desabastecimiento.
Como solemos repetir, el futuro eléctrico pasa por la 'enernet': una red eléctrica inteligente y distribuida capaz de adaptarse en tiempo real a una multiplicidad enorme de productores y consumidores interactuando a la vez. El problema es que eso no se puede improvisar, ni siquiera Elon Musk.
Publicado bajo licencia Creative Commons.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario