La doble hélice que contiene las instrucciones genéticas de todos los organismos vivos quizá debería incorporar una estructura nueva que se ha descubierto en las células humanas.
Es decir, que la consabida estructura helicoidal no es la única forma que tienen los genes de almacenar su información.
i-motif
Se ofrece así la primera evidencia directa de que existe y que puede jugar un papel importante en la regulación de nuestros genes.
Para conseguir detectar la nueva estructura, los investigadores utilizaron un fragmento de un anticuerpo capaz de reconocer y adherirse específicamente a las formas i-motif. Todavía sabemos poco sobre su función o importancia, pero parece claro que, si bien la doble hélice es la estructura predominante, la forma más común que tiene el ADN para almacenar su información, hay otros patrones cuyo papel podría ser determinante para el control de la expresión genética y, lo tanto, controlar enfermedades relacionadas con la misma, como determinados cánceres.
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