viernes, 22 de junio de 2018

COLLISION AVERSION TECHNOLOGY


La seguridad es uno de los puntos fundamentales y que quizá menos atención han recibido en el sector de las motos. La escalada de prestaciones y la eficiencia han sido los grandes protagonistas a la hora de ir sacando nuevos modelos y no ha sido hasta la llegada de los ABS y los controles de tracción cuando las motos han comenzado a volverse realmente más seguras.

Los sistemas de seguridad aún tienen mucho camino por recorrer en las motocicletas y, tal y como vimos por parte de KTM hace sólo unos días, una empresa israelí está desarrollando un sistema que podría evitar numerosos accidentes en moto.

CAT: Collision Aversion Technology


La seguridad activa lleva décadas desarrollándose en los coches y es aquella cuya finalidad es que los accidentes puedan evitarse. Hasta ahora este papel de prevención recaía por completo en el motorista, en su capacidad de atención, de análisis y de reacción ante cambios en el entorno del tráfico en el que se mueve.

Este factor del motorista en constante alerta seguirá siendo determinante en el futuro, pero nunca está de más tener un respaldo porque como buenos humanos que somos siempre podemos cometer errores. Ride Vision es una empresa tecnológica cuya idea es aplicar un ojo extra que vigile lo que ocurre y alerte al motorista entre el tráfico. Un ojo muy potente con una visión de 360 grados.


La propuesta de Ride Vision consta de dos cámaras y una centralita con algoritmos de aprendizaje profundo que se están desarrollando específicamente para su uso en motocicletas. Por las dimensiones de una moto no se puede colocar el LIDAR de un coche, el sistema debe ser específico para responder a las necesidades concretas de una moto.

Si el sistema detecta un vehículo u objeto que puede suponer un riesgo para el motorista se emite en 100 milisegundos un alerta tanto sonora como visual y conectando los warning para avisar a los que circulen detrás de una posible frenada de emergencia, pero siempre dejando la responsabilidad de la reacción en manos del motorista. Un segundo paso (como ocurre con el sistema que está probando KTM) será implementar esta información con automatización de frenada, por ejemplo.


Posiblemente el mayor reto actual para el desarrollo de este sistema es que al aplicarse sobre una moto su tamaño deberá ser muy compacto y, además, ligero para no influir en el comportamiento del vehículo. El tamaño es simplemente una cuestión de evolución, dinero y tiempo en el mundo de la electrónica; más problema supone la ubicación de los sensores que sí o sí quedarán muy expuestos a las inclemencias, golpes o suciedad.

En cualquier caso, bienvenido sea cualquier avance en materia de seguridad para las motos.



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