Para elaborar esta receta sería perfecto que contáramos con un termómetro de cocina y así poder ajustar las temperaturas del almíbar, sino también es posible realizarla aunque será menos preciso el punto de cocción.
Comenzaremos pelando con una mandolina la raíz del jengibre, seguidamente lo cortamos en láminas muy finas o pequeños dados. Ponemos una olla al fuego con abundante agua, suficiente para que cubra el jengibre y llevamos a ebullición.
Una vez que hierva mantenemos la cocción durante 10 minutos a fuego medio, cuando pase el tiempo escurrimos en un colador el jengibre y repetimos esta misma operación de nuevo.
En otra olla, mezclamos los 500 gramos de agua de la receta con los 400 gramos de azúcar, añadimos la pizca de sal, y el jengibre escurrido y cocinamos hasta que la temperatura llegue a 106 grados centígrados o durante media hora a fuego medio.
Una vez pasado el tiempo, escurrimos el jengibre confitado justo cuando acaba la cocción en un plato donde tengamos azúcar blanquilla, sacudimos el exceso de azúcar, para después dejar secar los dados de jengibre encima de una bandeja con papel de horno durante ocho horas o bien encima de una rejilla.
Con qué acompañar el jengibre confitado
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