Una investigación, publicada en Nature Communications por científicos de la Universidad de Nuevo México, la Universidad Estatal de Arizona y el Centro Espacial Johnson de la NASA ha encontrado evidencia directa de rocas desarrolladas químicamente en los inicios del sistema solar.
Estas evidencias se han hallado en el meteorito ígneo más antiguo conocido, datado hace 4.565 millones de años.
Meteorito ígneo
No solo es un tipo de roca extremadamente inusual, sino que nos dice que no todos los asteroides tienen el mismo aspecto. Algunos se parecen a la corteza de la Tierra porque son de color claro y están llenos de SiO2. Estos no solo existen, sino que se desarrollaron durante uno de los primeros eventos volcánicos que tuvieron lugar en el sistema solar.
La roca es de un color más claro que la mayoría de los meteoritos y estaba entrecruzada con cristales verdes, cavidades y rodeada por una masa fundida templada. Su nombre es NWA 11119 y cayó en Mauritania en un momento desconocido en el pasado.
Una de las cosas principales que detectó en primer lugar, tras el uso de una microsonda electrónica y una tomografía computarizada (TC) en las instalaciones del Centro Espacial Johnson, fueron los grandes cristales de sílice de tridimita, que es similar al cuarzo mineral. La cantidad presente era un asombroso 30 por ciento del meteorito total; esta cantidad es desconocida en los meteoritos y solo se encuentra en estos niveles en ciertas rocas volcánicas de la Tierra.
Además, se realizó una investigación utilizando una espectrometría de masas de plasma acoplado inductivamente en el Laboratorio de Cosmoquímica y Geocronología de Isótopos (ICGL) en el Centro de Estudios de Meteoritos en la Universidad Estatal de Arizona para determinar la edad precisa de formación del meteorito.
Sin duda, se determinó que NWA 11119 es algo completamente diferente de cualquiera de los más de 40.000 meteoritos que se han encontrado en la Tierra.
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