miércoles, 11 de abril de 2018

HIPERTENSION


Si nunca han padecido hipertensión pero siempre se quedan cerca del límite, quizá sea hora de que se hagan un chequeo de nuevo, porque ahora sí podrían padecerla.

Y no porque tu salud haya empeorado (esperamos), sino porque importantes asociaciones de medicina, como la Sociedad Americana del Corazón o el Colegio Americano de Cardiología, han cambiado los parámetros que se utilizan para definir a partir de qué niveles se considera que una persona es hipertensa.

Los nuevos parámetros y de dónde salen

Hasta ahora, estos niveles estaban en 140/90 para las personas menores de 65 años y 150/80 para las que superaban esa edad. A partir de ahora, la hipertensión se considera a partir de 130/80 para todos los adultos, independientemente de su edad.

Esto significa, según datos de la Universidad de Harvard, que entre el 70 y el 79% de los hombres mayores de 55 años son ahora hipertensos, incluidos muchos cuya presión sanguínea se consideraba perfectamente sana hasta ahora.


La medida se ha adoptado tras reunir evidencias suficientes de que los anteriores niveles no eran ya lo suficientemente precisos o relevantes a la hora de cuidar de la salud de los ciudadanos. La idea al bajar esos parámetros es hacer frente de forma más eficaz a la hipertensión y los problemas que conlleva, como infartos o ictus, y hacerlo mucho antes.

Las nuevas indicaciones salen de un estudio a gran escala llevado a cabo en 2017 en el que se analizó a más de 9.000 adultos de más de 55 años que tenían una presión sistólica (el número más alto de los dos que componen la medida de la presión sanguínea) de 130 o superior y que además tenían al menos un facto más de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La intención del estudio era analizar en qué nivel la intervención médica resultaba más eficaz a la hora de evitar complicaciones añadidas. Los resultados mostraron que tratar la presión sistólica cuando ésta todavía no supera los 120 reduce el riesgo de ataques al corazón, fallos cardíacos e ictus durante un periodo superior a tres años.

Otros cambios: sin diferencia por edades

Las nuevas indicaciones introducen otros cambios. Para empezar, no se dan indicaciones diferentes para personas por debajo y por encima de 65 años. El motivo es que el estudio realizado no encontró diferencias entre pacientes de una u otra edad en cuanto a las recomendaciones de su tensión.

También redefinen algunas de las categorías en que se dividen los casos de hipertensión. Por ejemplo, se ha eliminado la categoría de prehipertensión, aquella que se situaba entre 120/80 y 139/89. En vez de eso, las personas que se encontraban en ese tramo se reorganizan ahora en dos grupos: pacientes con la tensión alta (entre 120 y 129 de sistólica y menos de 80 de diastólica), o hipertensión de estado 1 (de 130 a 139 de sistólica y entre 80 y 89 de diastólica).

A partir de ahí, una tensión de 140/90 o superior se considera hipertensión en estado 2 y cualquier cosa por encima de 180/120 es una crisis de hipertensión.



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