miércoles, 4 de abril de 2018

INSTAGRAM


En el punto número dos de las condiciones de uso de Instagram podemos leer que no se pueden publicar "fotos u otro tipo de contenido que muestre imágenes violentas". El problema es que puede que Instagram tenga un concepto diferente de violencia al nuestro.

Es algo que he experimentado en primera persona. Ayer estaba perdiendo el tiempo en la red social y de repente encontré un perfil de un usuario mexicano que había publicado varios videos de peleas de gallos.

Entré en cada uno de ellos y comencé a reportarlos, eligiendo la opción en la que se puede indicar que estamos ante un contenido violento. Me olvidé por completo de ellos, pero esta mañana me desperté con ocho notificaciones en la aplicación.


En cada una de ellas, Instagram me indicaba que estos videos no infringen "ninguna norma específica". Me recomiendan bloquear a esta persona si no quiero seguir viendo sus publicaciones y debajo unos emojis me permiten puntuar esta respuesta.

Doble rasero y líneas difusas

A estas alturas no creo que sea necesario entrar a debatir la moralidad de las peleas de gallos. De hecho, ciñéndonos a la ley en Estados Unidos (país en el que tiene base Instagram) están prohibidas en todos los estados.

Por si fuera poco, el usuario que subió los videos lo hizo en Ciudad de México, lugar en el que también están prohibidas las peleas de gallos. Sorprende que Instagram no considere violento un "espectáculo" que está prohibido en la mayoría de los países.


Uno de los videos reportados, en los que se ve claramente a dos gallos peleando entre un grupo de personas.
Han tardado un día en revisar mis denuncias. Afirman "entender que pueda parecerme ofensivo o hiriente", pero dejan la pelota en mi tejado y la solución es que yo bloquee a esta persona.

Por si fuera poco, existe hasta un hashtag en el que hay más de 3.000 publicaciones relacionadas con esta actividad. Como vemos, parece que Instagram no tiene ningún problema con las peleas de gallos.


La humanidad ha avanzado mucho para que existan herramientas como Instagram, con las que poder compartir tantas cosas en tiempo real y acceder a contenido de todo el planeta. Desgraciadamente, las líneas entre lo permitido y lo prohibido parecen muy difusas, y en muchos casos sorprendentes.

Pezones no, espolones sí

Este año vivimos un momento muy importante en la historia de los derechos de las mujeres, con millones de personas protestando en las principales ciudades del planeta por un mundo más igualitario.

En Instagram está prohibido que las mujeres publiquen fotos en las que se ven sus pezones, ya que está catalogado como algo pornográfico. Estas son las normas al respecto:

"Somos conscientes de que es posible que algunas personas quieran compartir imágenes de desnudos de carácter artístico o creativo; sin embargo, por diversos motivos, no permitimos que se publiquen desnudos en Instagram. Esta restricción se aplica a fotos, videos y determinado contenido digital que muestren actos sexuales, genitales y primeros planos de nalgas totalmente al descubierto. También se aplica a algunas fotos de pezones femeninos. No obstante, sí se permiten fotos de cicatrices de mastectomías y de lactancia materna. También se aceptan desnudos en fotos de cuadros y esculturas".


En los años que llevo utilizando Instagram, he visto a muchas usuarias quejándose de que han eliminado alguna de sus publicaciones porque los usuarios la reportaron. En estas publicaciones se veía o intuían sus pezones, demostrando que el sistema sí atiende a las denuncias que se envían.

Llama la atención que a día de hoy se siga prohibiendo las publicaciones de pezones femeninos pero actos violentos y prohibidos campen impunes por la red social.

De hecho, hace unos días comprobamos como Instagram eliminó una foto de dos chicos besándose porque a varios usuarios no les gustó. Parecería que lo que importa es la cantidad de usuarios que envían la denuncia, no el contenido en sí.


Eso es bastante preocupante, ya que entonces uno podría pensar que tiene que ponerse a hacer el trabajo de Instagram y pedir a otros usuarios que reporten cierto contenido que se ha publicado.

Personalmente, no es la primera vez que me pasa. En otras ocasiones me han aparecido en la pestaña "Explorar" videos en clave de humor en los que hace bullying a alguien o son claramente machistas.

La respuesta en esas ocasiones ha sido (en la mayor parte de los casos) idéntica a la que he recibido hoy. Puedo entender que manejar una comunidad tan gigantesca como Instagram no es una tarea fácil, pero creo que las líneas deberían estar más claras y ayudar a que la sociedad siga avanzando, no a la inversa.

Por Santi Araujo



Publicado bajo licencia Creative Commons.

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