lunes, 21 de noviembre de 2016

MAX


Ni es la primera, ni será la última vez que hablemos sobre exoesqueletos; en el panorama tecnológico actual hay muchas compañías trabajando en este tipo de asistentes destinados a trabajadores que tienen que cargar con peso, también a personas con problemas de movilidad. El exceso de esfuerzo es una de las principales causas de baja o lesión en empleados, con un costo importante para las mutuales y empresas.

Un buen ejemplo de herramienta industrial es MAX - Modular Agile Exoskeleton -, un esqueleto que se divide en tres partes claramente diferenciables e independientes en su funcionamiento: backX, legX, shoulderX. Con un poco de inglés podemos interpretar que cada una va destinada a asistir en las cargas a una parte del cuerpo: espalda, piernas y hombros.

SuitX es la empresa creadora y trabaja codo con codo con la Universidad de UC Berkeley, ya hablamos a comienzos de año de ella a razón de su exoesqueleto ligero y relativamente asequible llamado Phoenix. Su nueva propuesta pasa a ser modular, ya que consideran que dividir el trabajo en grupos es más eficiente e interesante según el tipo de uso que se vaya a realizar de ellos.


En las estructuras de los tres módulos encontramos acero y aluminio, y no se tarda más de un minuto en colocar cada una de ellas en la persona que las va a necesitar, y poco más en aprender a usarlas: la única interfaz es un botón.

En desarrollo desde 2011, por su peso y capacidad, no van a convertir a nadie en un superhéroe, la idea es hacer más resistente al trabajador sin crearle obstáculos en su labor, es decir, no entorpecerlo. Lo dicho, estos módulos pueden funcionar por separado, pero también se conjuntan si es necesario.

Explicando un poco cómo va la cosa, tenemos en el caso de legX un microordenador que detecta el ángulo en que se dobla cada pierna, endureciendo la estructura cuando está en cuclillas para actuar casi como una silla, y luego soltar cuando el trabajador vuelve a subir o caminar. El sistema pesa 4 kilos, pero el trabajador no soporta todo el peso, al descansar sobre el propio suelo:


En el caso de shoulderX, no hay motores u ordenadores de por medio, es completamente mecánico y pesa menos de cinco kilos. Lo que propone es equilibrar el peso combinado del brazo y las herramientas que se están sosteniendo, y pude ajustarse rápidamente a diferentes niveles de soporte. Lo mejor es verlo en funcionamiento:


Tampoco hay motores o mayor complejidad en backX, con él se pretende reducir las fuerzas de torsión en la parte baja de la espalda en un 60%, cuando nos inclinamos y levantamos objetos. La idea, de nuevo, es no impedir los movimientos naturales. En las pruebas se demuestra que un trabajador también puede levantar una mayor cantidad de peso:


¿Precios? Es pronto para determinar cuánto costarán como productos finales, pero sobre la mesa se introduce la cantidad de 3.000 dólares por el módulo para la espalda, el mismo precio que tendría el de los hombros, mientras que el de las piernas, más complejo, subiría hasta los 5.000 dólares.


Publicado bajo licencia Creative Commons

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