En un momento en el que cada vez hay más avances en inteligencia artificial, lo que tampoco disminuye son los temores a que las máquinas acaben convirtiéndose en nuestras peores enemigas al más puro estilo película de ciencia-ficción. Pero los científicos ven ese futuro con mejores ojos o, mejor dicho, más realistas, y un primer estudio sobre el futuro de la inteligencia artificial dicen que no hay que temer que los robots nos asesinen.
Se trata del primer estudio publicado dentro del proyecto One Hundred Year Study on Artificial Intelligence por la Universidad de Stanford, una iniciativa a largo plazo cuya meta es publicar regularmente trabajos basados en una visión científica y asesorada de cómo la inteligencia artificial (AI) repercutirá en los aspectos cotidianos de nuestra vida. Este primero acaba de ser publicado y se titula Artificial Intelligence and Life in 2030, y plantea un futuro con AI mucha más ciencia que ficción.
Que no cunda el pánico
Si bien el presente estudio también menciona el hecho de que la AI influirá en el empleo, eliminando algunos y proporcionando otros, lo que se pretende con el es, en parte, alejarnos de la idea de unos sistemas con AI capaces de aniquilar a la especie debido a una perdida de control sobre la misma. Así, en este primer trabajo se plasman los efectos más probables que los avances en AI tendrán en una ciudad típica norteamericana dentro de algo más de una década.
El estudio es fruto del trabajo de un equipo liderado por Peter Stone, un científico de computación en la Universidad de Texas. En la introducción ya hacen referencia a este miedo o visión más de película de ciencia-ficción que en ocasiones tenemos de un futuro dominado (y no para bien) por robots y otras máquinas dotadas de inteligencia artificial y, por tanto, de autonomía.
El perfil de la inteligencia artificial en películas y literatura es ficticio. Hay una malinterpretación de la gente [...] de que la AI es una cosa. También hemos visto que la opinión general es muy optimista de cara a la AI y es un tema que emociona, a veces de una manera que no es realista, o teniéndole miedo diciendo que nos va a destruir, lo cual tampoco es realista.
De este modo, los investigadores no han encontrado nada por lo que debamos temer una amenaza a la humanidad por parte de la AI, argumentando que ni existen de momento máquinas con metas propias ni se pretenden construir (ni ahora ni en un futuro próximo). De hecho Stone responde un rotundo "no" a la pregunta de que si debemos temer que los robots pasen a ser lo suficientemente inteligentes para destruirnos o alguna idea similar asociada con una hipotética presencia futura de la AI, según cuentan en fastcompany.
Una inteligencia artificial tan presente como los smartphones
No en vano, el equipo de Stone plantea que la AI será el detonante para que se rompa el status quo en la futura vida urbana por el potencial que tiene, si bien se muestran algo cautos en los planteamientos que van más allá de las repercusiones para científicos. Así, para sectores como el transporte, la educación o la salud pública plantean una participación casi esencial de la AI, llegando por ejemplo a que los médicos puedan delegar ciertas tareas a un sistema de AI.
El transporte será probablemente uno de los primeros sectores en el cual se planteará confiar en la seguridad y la fiabilidad de un sistema de AI para tareas críticas.
Aluden aquí a la conducción autónoma, cuyo avance es innegable viendo ejemplos como el Autopilot de Tesla o el que el formato de vehículo autónomo se plantee ya más allá del automóvil, pensando en camiones y otros. Lo que matizan de que la primera experiencia con sistemas de AI en el transporte tendrá un gran peso en la percepción de la AI por parte del público en general.
No nos asesinarán, nos cuidarán, pero ¿hasta qué punto?
Las autoridades competentes cada vez tienen más interés en intentar detectar ataques planificados en el social media, además de monitorizar la actividad de grandes cantidades de gente para analizar la seguridad. Hay mucho trabajo en simulación de multitudes para determinar cómo éstas pueden controlarse.
Eso sí, lo que también recuerdan aquí es la posibilidad de que el enemigo no sea la herramienta, sino el propio ser humano. Recuerdan la creciente preocupación sobre el que las propias autoridades hagan un uso extralimitado de esas herramientas y puedan violar la privacidad de los ciudadanos, un debate que lejos de ser futuro es muy de actualidad con temas como el uso de malware por parte del FBI o el desbloqueo de terminales por parte de esta misma institución.
Veremos si las previsiones de estos científicos son acertadas y si logran su propósito de alejar ideas poco realistas sobre la AI. Su idea es que este estudio a largo plazo constituya tanto una agenda como una referencia para ver el progreso real de la AI desde este primer estudio.
Publicado bajo licencia Creative
Commons
No hay comentarios.:
Publicar un comentario