Ballmer debe estar revolviéndose en su tumba cama. El que fuera CEO de Microsoft no dudó en declarar en 2001 que "Linux es un cáncer". Lo hizo al criticar el funcionamiento de la licencia GPL, y aquello se convirtió en la prueba definitiva de que Microsoft y Linux no se llevaban bien. Eran tiempos de odio.
Cómo ha cambiado el cuento. El papel protagonista de Linux en el segmento de los servidores ha hecho que la propia Microsoft cambie su discurso y su actitud ante este sistema operativo y ante todo el FLOSS (Free/Libre and Open Source Software) en general, y hoy en día nos encontramos con demostraciones evidentes de que el panorama es claramente distinto. Son tiempos de amor.
Con Nadella cambiaron las tornas
El CEO de Microsoft admitía cómo Linux se había convertido en parte esencial de la forma en la que las empresas implantan sus negocios online, así que la empresa de Redmond ha tenido el acierto de acercarse a un rival que ahora ha dejado de serlo, o que al menos ya no lo es en la misma medida que lo fue años atrás.
La computación en la nube es principal responsable de muchos de esos cambios: el éxito de los grandes servicios que proponían gigantes como Amazon o Google basándose en soluciones Open Source ha hecho que la plataforma en la nube de Microsoft -Azure- le haya puesto ojitos a Linux y al Open Source desde hace tiempo.
La última de las demostraciones de ese amor por Linux la vimos esta semana, cuando Microsoft anunció que comenzaría a ofrecer soporte para SQL Server en Linux, algo que fue visto con cierto escepticismo por parte de algunos analistas -cuyos argumentos fueron contrarrestados-, pero que una vez más reforzaba esa nueva filosofía de Microsoft. Ya saben. Si no puedes con el enemigo, y todo eso.
Ese anuncio no ha venido solo. Ayer nos enterábamos de cómo Microsoft ha creado un sistema operativo Open Source basado en Debian al que ha llamado SONiC. Como lo oyen. O casi, porque el sistema operativo no es una distribución Linux para el escritorio, sino un sistema operativo destinado a switches, esas cajas de las que entran y salen cables Ethernet por doquier y que son otro de los elementos clave de la infraestructura de red de cualquier centro de datos que se precie.
Microsoft se apunta a la filosofía Open Source (más o menos)
Este es otro de esos muchos ejemplos de un cambio de mentalidad que Nadella parece haber asumido con una naturalidad asombrosa pero que desde luego no casan con aquella imagen de Microsoft como empresa defensora a ultranza de sus estándares propietarios y de un modelo absolutamente cerrado de desarrollo. No nos engañemos: Microsoft sigue protegiendo su filosofía cerrada a capa y espada, pero eso no ha impedido que abra alguna que otra ventanita -pun intended- a desarrollos y filosofía Open Source.
De hecho se ha convertido en empresa miembro de consorcios que participan en apertura de estándares como el mencionado OCP, pero también en proyectos muy de moda como Hadoop o Docker. Ha habido anuncios especialmente destacados en este ámbito como la apertura al Open Source de .NET, todo un bombazo para la comunidad de desarrollo que vio cómo de buenas a primeras encontraban el Core de esta plataforma en GitHub, algo impensable años atrás.
Desarrolladores del mundo, unanse
También se ha elucubrado sobre la hipótesis de un Windows Open Source, una edición que plantearía un cambio radical del modelo de Microsoft y que ingenieros de Microsoft como Mark Russinovich calificaban de "absolutamente posible". El lanzamiento de Windows 10 y de toda esa plataforma universal y convergente apuntan a otra dirección, desde luego: las intenciones de Microsoft respecto a su gestión del software ha sido muy criticada por gurús del mundo del videojuego como Tim Sweeney. Aunque hay argumentos que apoyan la estrategia de Microsoft -otros creemos que en esto Microsoft no es mucho peor que Google y, desde luego, que Apple- lo cierto es que esa potencial versión Open Source de Windows parece ahora aún más improbable.
La apertura de proyectos Open Source no ha parado en los últimos meses, y de hecho esa nueva tendencia de liberar motores de inteligencia artificial también ha acabado convenciendo a Microsoft, que poco después de la publicación de ese artículo liberaba CNTK, su marco de trabajo para el desarrollo de soluciones en las que la inteligencia artificial es parte integral -ponían de ejemplo a Cortana y a Skype Translate-.
Hay muchas más iniciativas destinadas a "construir puentes entre tecnologías Microsoft y tecnologías no-Microsoft", como indican en su sitio web Microsoft Open Technologies -que pronto se integrará con el sitio web general- y los ejemplos son numerosos: conectores entre SQL Server y Hadoop, plugins de Eclipse con Java para Azure, instaladores de MongoDB para Azure, soporte de Node.js, participación en proyectos abiertos como Apache Cordova, WebRTC o la especificación HTTP/2.0 y otra gran variedad de proyectos que de nuevo demuestran esa nueva mentalidad en la que Microsoft ya no es "ni contigo ni, sin ti", sino simplemente, "con todos".
Si alguien ama a Linux, esa es Azure
Sus soluciones propietarias en materia de plataformas y servidores -Windows, Exchange, SQL, Sharepoint, IIS y un largo etcétera- de repente perdían enteros frente a una hornada de soluciones Open Source que poco a poco fueron imponiéndose en el mercado. Red Hat aprovechó muy bien el auge de esos servicios para convertirse en uno de los pocos ejemplos patentes de que se puede hacer dinero (y mucho) con el Open Source, y el auge del Cloud Computing cambió el panorama para siempre. De repente Linux y el Open Source tenían más sentido que nunca en esos entornos.
Cuando Microsoft lanzó Azure en octubre de 2008 lo hizo con la mentalidad "nosotros nos lo guisamos, nosotros nos lo comemos". La plataforma, de hecho, nació como Windows Azure, lo que dejaba claro que estaba destinada a ofrecer soluciones de Microsoft para la nube. El enfoque cambiaría en 2012, cuando Microsoft se dio cuenta de que estaba perdiéndose un gran segmento de mercado por no hacerle la pelota a Linux.
Dicho y hecho: comenzó el soporte para máquinas virtuales Linux que se iría incrementando gradualmente y que acabaría con otra señal de que los tiempos habían cambiado. En abril de 2015 cambiaban el nombre de la plataforma, que ahora pasaba a ser "Microsoft Azure". Lo de Windows se había quedado por el camino como prueba evidente de que centrarse únicamente en soluciones de Microsoft en sus servicios en la nube no era del agrado de muchos CTOs y administradores de sistemas que veían en ello un obstáculo a contemplar Azure como una opción.
Esos cambios se consolidaron aún más con la introducción de Azure Cloud Switch que anunciaron en septiembre y que como decíamos ha acabado desembocando en el desarrollo de SONiC. En realidad aquello era un paso más en un soporte que por ejemplo se vio reforzado en octubre de 2014, cuando Nadella anunciaba entre otras cosas el soporte de CoreOS -una distribución Linux centrada en el trabajo con Docker- y el de Cloudera, referente en sistemas de gestión de datos y analítica empresarial.
Un año más tarde, en noviembre, llegaría el acuerdo definitivo: Red Hat llegaba a un acuerdo con Microsoft para proporcionar soluciones combinadas aprovechando Azure y consolidaba esa apuesta de Microsoft que definitivamente había demostrado su amor (o quizás necesidad de amor) por Linux."Remember, “Microsoft ♥ Linux”" nos decían los responsables del blog de Windows Server hace menos de un año.
De hecho, admitían también en Microsoft hace un año, el 20% de los sistemas operativos que se usan en Azure son Linux. Es probable que tras el acuerdo con Red Hat ese porcentaje aumente, aunque tanto CoreOS como CentOS, Oracle Linux, SUSE y Ubuntu ya estaban soportados en la plataforma en la nube de Microsoft. La cosa se puso especialmente interesante cuando en 2012 apareció el informe de contribuciones al kernel Linux y Microsoft resultó estar entre las cinco empresas que más habían aportado. Ese destacado papel -probablemente debido al soporte de distribuciones en su tecnología de virtualización Hyper-V- se diluyó en los años siguientes, y por ejemplo en el informe de The Linux Foundation del año pasado Microsoft no aparecía por ningún lado. Eso daba igual, porque el trabajo estaba hecho.
Al menos, ese trabajo en particular. Por que lo que está claro es que en Microsoft están cambiando muchas cosas. Evidentemente por necesidad, desde luego, pero nosotros nos alegramos por ello.
Microsoft se une a la Linux Foundation
El compromiso de Microsoft se comprueba con el lanzamiento de Visual Studio for Mac (aunque es un entorno derivado de Xamarin Studio, y no una versión de Visual Studio propiamente dicha) y sobre todo con una edición previa de SQL Server que por primera vez está disponible para Linux.
En la presentación de Microsoft como nuevo miembro de la Linux Foundation se destacaba su actividad en proyectos como Node.js, Foundation, R Consortium, OpenDayLight o la Open Container Initiative. La reciente aparición de las certificaciones Linux para Azure y soluciones de usuario como la citada posibilidad de utilizar Bash y Ubuntu en Windows demuestran ese compromiso según Zemlin.
Él mismo reconocía que esto demuestra "una y otra vez que la compañía está evolucionando y madurando con la industria tecnológica". El desarrollo software Open Source es clave para todo tipo de infraestructuras, afirmaba el máximo responsable de la fundación, que cree que la membresía de Microsoft es especialmente buena para la comunidad Open Source.
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