martes, 12 de junio de 2018

SENTOSA


Está el mundo de la política internacional revolucionado con la reunión que se nos avecina, pero a nosotros lo que realmente nos interesa es en dónde han quedado, así que hoy nos vamos a dar una vuelta por Sentosa, la isla en la que reunieron los piratas antes que Trump y Kim Jong-Un.

Sentosa es una pequeña isla de 5 km2 que pertenece a Singapur y que es conocida por albergar resorts de lujo, puertos deportivos privados, un parque temático de Universal Studios y campos de golf. Demasiadas cosas para que se puedan concentrar lo importante.

Tierra de piratas


Su nombre significa en malayo isla de la paz y la tranquilidad, que en cierta manera se ve interrumpida por los cinco millones de visitantes que reciben al año, que sí, van a descansar. Lo mismo parte de la leyenda, hay documentos en los archivos nacionales que cuentan que en el período colonial británico era tierra de piratas y que incluso se la conocía como la "Isla de la Muerte". También se dice que fue un paraíso de espíritus guerreros enterrados en Pulau Brani. Cuando pasó a manos de los japoneses la convirtieron en cárcel al aire libre. Hasta que pasó a ser lugar de diversión.

Resorts de lujo y diversión privada


La cumbre se celebrará en el Hotel Capella, el que han escogido las delegaciones de ambos países para celebrar la cumbre. El complejo hotelero fue diseñado por Norman Foster y tiene 112 habitaciones y villas independientes. Además es uno de los lugares favoritos de cantantes y actores para escaparse de su vida de estrés.

El Capella es el lugar de la cumbre, pero ninguna de las delegaciones se va a hospedar en él. Digamos que lo han tomado como territorio neutral. Así, los estadounidenses se hospedarán en el Shangri-La, pero los norcoreanos estarán en el St. Regis. Juntos en la misma isla pero sin estar revueltos en ningún momento.

Lugar de diversión


Playas blancas de más de dos kilómetros de extensión, el parque temático Universal Studios Singapore, campos de golf y hasta un casino, no le falta de nada a una isla tan pequeña y discreta. El paisaje tampoco se queda corto ya que prácticamente el 70% de la isla está cubierto de vegetación selvática en la que habitan lagartos, pavos reales, loros y monos.


Muchos de los visitantes llegan en sus yates privados. La situación es inmejorable ya que está frente al continente y no es de fácil acceso. Únicamente se puede acceder desde un teleférico, un monorriel, una calzada peatonal y un túnel para vehículos, que por supuesto estarán perfectamente controlados y sellados en todo momento.



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