Los fabricantes han pasado durante los últimos meses a una fase de trabajo activo de cara a acelerar el desarrollo de las tecnologías de conducción autónoma. Prueba de esto es que la industria está buscando ayuda y colaboración en otros sectores tecnológicos.
Por ejemplo, a finales del verano Volvo estrechaba lazos con Uber y la compañía de software Autoliv, y ahora es Renault el que abraza a un nuevo socio francés. Se trata de Chronocam, con sede en París, con la que el fabricante galo ya había iniciado el contacto al haber invertido en la misma. Ahora esa relación irá un paso más allá aportando a los vehículos de Renault tecnologías concretas.
Estas se concentrarán en torno a tres áreas: un nuevo nivel para la detección de personas y obstáculos que permita un trabajo del sistema mucho más versátil y rápido; mejorar el rendimiento de las cámaras encargadas de explorar el entorno circundante; y abaratar los costes de instalación de la tecnología. Las soluciones de Chronocam llegarán en primer lugar como mejoras de los asistentes a la conducción, pero sin perder de vista el objetivo que tanto como Renault, como Nissan (y como otros tantos) se han marcado: comenzar la próxima década ofreciendo una conducción autónoma plena.
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