Aprovechemos que estamos en la recta inicial de la temporada de cítricos para degustar lo mejor de las naranjas. No hay nada comparado a usar el jugo recién exprimido o la ralladura de su piel para dar sabor a recetas saladas y dulces.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas. Disponer los huevos en un recipiente grande, añadir el azúcar y batir muy bien, usando batidora. Echar el jugo de naranja, la ralladura y el aceite y batir un poco más. Incorporar a continuación el polvo para hornear, la sal, la levadura química y la harina, y trabajar el conjunto.
Lo mejor es echar la harina poco a poco, batiendo cada vez al mismo tiempo, y terminar añadiendo harina mientras se amasa con una gran cuchara. Finalmente amasar a mano sobre una superficie limpia hasta obtener una masa suave, maleable y ligeramente húmeda, pero no muy pegajosa. Ajustar la harina si fuera necesario a la hora de formar las roscas.
Tomar porciones del tamaño de una nuez, amasar cilindros y formar rollitos uniendo los extremos, presionando con suavidad. Al crecer en el horno se hará más pequeño el agujero. Colocar un poco separados en las bandejas, pintar con el huevo batido y añadir azúcar al gusto. Hornear durante unos 12-5 minutos, vigilando bien hasta que estén dorados, ya que depende de cada horno y del tamaño. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar los roscas
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