El smartphone moderno enterró a los móviles de "tapita", como popularmente se conocían en Argentina. Si bien tenían ciertas ventajas sobre los teléfonos monocuerpo, en el siguiente paso evolutivo perdieron relevancia por su reducida pantalla, frente a las más de 4" popularizadas desde 2010 y más de 5" desde 2011 con el lanzamiento del Note original. Sin embargo, estos terminales siguen jugando un papel de cierta relevancia en la estrategia de Samsung en los mercados asiáticos. El lanzamiento del Samsung W2017 es la prueba de ello este año.
A diferencia de sus antepasados lejanos, estos terminales tienen dos pantallas Super AMOLED de 4.2" con resolución 1080p, por lo que, pese a estar muy lejos de los estándares actuales, mantiene proporciones adecuadas para los usos de cualquier smartphone moderno, sin sacrificar calidad, tal y como se aprecian en sus 524 ppp, similares a los de terminales con paneles QHD. Como en el resto de la gama, el Samsung W2017 está fabricado en metal con dos acabados, dorado y gris oscuro.
El resto de apartados también están compuestos por especificaciones a la altura de la gama más alta de la compañía, con el Snapdragon 820 de Qualcomm como corazón junto a 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento (ampliables mediante microSD). En el apartado fotográfico está igual de bien equipado que la familia S7, cámara trasera de 12 MP con apertura f1.7 y delantera con 5 MP f1.9.
El campo que en teoría queda más lejos de sus hermanos mayores es la batería, con tan sólo 2300 mAh. Pero como por todos es sabido, autonomía y capacidad de batería no es algo que vaya de la mano siempre, sobre todo cuando este terminal tiene una resolución 1080p en sus relativamente pequeñas pantallas. Algo que no sorprende, por habitual, pero que choca viendo los otros terminales de Samsung, es el hecho de que se continúe apostando por un teclado físico que no presenta cambios respecto a los tradicionales, aunque sí botones más delgados.
En general, tal y como se ve en las imágenes, Samsung ha lanzado un terminal muy premium para un mercado muy concreto, y su precio así lo atestigua. 20.000 yuanes es el precio elegido, lo que supone cerca de 3000 dólares. Se trata, simplemente, de una estrategia muy centrada en el nicho con gran poder adquisitivo que aún desea poder seguir con este formato sin sacrificios. Sobre su disponibilidad, no se espera un lanzamiento global fuera de Asia, el único continente donde existe un público que puede llegar y quiere un desembolso así.
Se trata de una estrategia que parece estar funcionando, ya que Samsung no falta a su cita anual, con la serie. Así, además de haber lanzado modelos de gama media con esta disposición, la compañía lleva tres o cuatro años trayendo el equivalente a su gama alta, pero enfocándolos al lujo y a la moda, donde también persigue triunfar con accesorios.
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